EDITORIAL ERRATA#19 | AFECTOS, AFECTIVIDADES Y AFECTACIONES
El llamado giro afectivo aparece hace una década larga, en diferentes escenarios reflexivos, bajo la forma de una propuesta fundamentalmente transdisciplinar, en muchos casos, activista, que permite formular nuevas entradas al entendimiento de lo social, lo económico y lo político. Acento central se colocará en el cuerpo y su capacidad de “afectarse y de ser afectado”, idea planteada por Baruch Spinoza y que se hará presente en muchas y muchos de los pensadores del giro. De las provocaciones dejadas por Spinoza, se desprenden nociones que, en buena medida, abandonan la tradición del yo metafísico cartesiano, para dar paso a una alternativa no yoica en el marco de la cual, por encima de hablar de sujeto de individualidad, se reflexiona en torno a encuentros, cruces y articulaciones entre cuerpos y colectividades. Y ciertamente esta capacidad comienza por el reconocimiento del cuerpo como un actor fundamental en la producción de otras instancias desde las cuales construir mundo y mundos. En un momento histórico que ve remontarse, en diversas geografías, gestiones de ultraderecha, intervencionismo político y violencia económica y ambiental, convive, nerviosamente y en tensión, la urgencia de gestos micropolíticos (Guattari-Rolnik, 2004), de subjetividades que se asocian, que producen desvíos y emergencias, planteando alternativas al régimen capitalístico colonial1 actual.
La revista Errata # 19, reconociendo los aportes del giro afectivo a la teoría crítica actual, ha invitado a un grupo de pensadores, ensayistas y plásticos, a articular reflexiones, experiencias y prácticas relativas a las nociones de afecto, afección y afectividad. Han sido invitados, como editora internacional, Suely Rolnik y, como editores nacionales, Heidi y Rolf Abderhalden.
Suely Rolnik propone, para este número de Errata # 19, un texto extenso y complejo, rico en pistas para entender, desde un punto de vista crítico y novedoso, el modo en que se establece la relación entre el capital y la fuerza vital de cada persona en el actual régimen. Ante un estado de cosas que coopta el deseo en su origen mismo, Rolnik plantea una puesta en práctica de acciones, desde lo macro y lo micropolítico, que le posibiliten a los sujetos resistirse a los procesos de subjetivación. En el centro de su apuesta está instalado el arte como lugar que permite la construcción de distintos puntos de fuga. Rolnik alude a una obra de los años sesenta de la artista brasileña Lygia Clark, denominada Caminhando, que pone en el centro al cuerpo y al acontecimiento mismo que significa su realización. Esta pieza le sirve como metáfora de procesos alternativos al régimen, desde los cuales interroga al sistema.
El aporte de Heidi y Rolf Abderhalden a este número está constituido por una apuesta que sobrepasa el formato del ensayo, tan propio del mundo de la Academia, y nos sitúa frente a un artefacto simbólico, en el cual imágenes, relatos, citas, tipografía, vacíos y tachaduras significan, afectan y se conectan expresivamente con el lector/observador. Pareciera, por otra parte, intención de los dos autores, desdoblar sencillos acontecimientos para reencontrar las diferentes capas desde las cuales se puede hallar el significado de los mismos. Un convicto que guarda un recorte de periódico, un autor que ha oído que una pieza suya ha sido montada en una obra dramatúrgica singular y la sala de un museo llena de oro aparecen como girones de sentido que, de repente, se ajustan, se articulan para luego seguir fluyendo embebidos de otras formas. El punto de partida del ensayo de los hermanos Abderhalden es una provocación hecha por Suely Rolnik, quien vislumbra las formas de creación de Mapa Teatro como la creación a partir de un afecto, frase que da nombre al ensayo2.
El autor invitado en este volumen es Brian Massumi, filósofo procesual, activista y pensador canadiense, quien, desde varios de sus textos y libros, ha hecho aportes fundamentales para el planteamiento de lo que se denomina el giro afectivo. En el texto, Arno Boehler lo entrevista, permitiendo que, en el curso de la conversación, las ideas se manifiesten fluidamente. En el decurso de la entrevista, Massumi reconoce la importancia que en su pensamiento tienen la herencia intelectual de Gilles Deleuze, así como la reactivación de la filosofía de Spinoza. Para Massumi es útil pensar el giro en cuanto permite revisar críticamente las posibilidades de intervención en el mundo. Allí la posibilidad de afectar se entiende como la disponibilidad de estar abierto, de articularse, de modificarse hacia otras posibilidades del ser.
En la Errata # 19, el Dossier abre con un conmovedor texto-obra de Delcy Morelos denominado Apuntes sobre lo fangoso. Este recoge recuerdos de una casa, de una atmósfera y de un lugar, donde hacen presencia el tabaco, la memoria y la sangre. Es un texto que tiene clima, que huele y tiene texturas; que habla desde la experiencia recibida por un cuerpo. El texto se desgarra en preguntas sobre las posibilidades de llegar al otro, de tocar al otro desde la obra artística.
El proyecto Memoria de una línea, de Marta Combariza, reconstruye paso a paso el desarrollo de un proyecto plástico, denominado Entre, que tuvo su inicio en 2001. La obra reflexiona en torno a un cuerpo ausente, reconocido, rememorado desde la materia-línea, la materia-ropa, la materia-ausencia. Las etapas comprometidas en este proyecto incluyen diversos microrrituales en los que un cuerpo, devenido ovillo, se arma y desarma para luego rearmarse en un circuito en el que el tejido conforma la gramática fundamental. Entre está irremediablemente constituido por un proceso, por un operar, por una transformación constante de la materia. Repara poco en el requerimiento institucional del campo del arte que pide la formalización consoladora de la materia en una obra. Por el contrario, Entre, se resiste a la forma, insiste en el cambio y apunta a la espacialización de los actos que tienden a multiplicarse, a constituir en su cierre el inicio de otro acto.
En su texto, María José Arjona revisa su obra Espíritu, procurando que la experiencia no quede minada por la fuerza impositiva de la lógica discursiva. Arjona describe la performance paso a paso, gesto a gesto, mientras desarrolla cuidadosamente intuiciones generadas por los microacontecimientos que allí tienen emergencia. En Espíritu, en el encuentro entre el cuerpo de la artista, enceguecida temporalmente, y los cuerpos de otros, presentes en el espacio del acontecimiento performático, se revelan formas posibles de afección, de conexión y de comunicación. El acontecimiento singular que va surgiendo durante la performance tiene que ver con una revitalización no conocida del tiempo, con una activación del gesto y de los sentidos. En el desarrollo de la pieza, Arjona pone a andar coreografías sociales, experiencias que potencialmente redefinen las fronteras entre lo que denominamos cuerpo y la experiencia del encuentro con el espacio y el territorio corporal y simbólico del otro.
Manu Mojito narra, en La maldición del travesti, fragmentos de su vida en los que se cruzó con varias personas trans que fragilizaron su ethos católico. Así, a lo largo del texto, vemos a Manu Mojito cuestionar sus principios, cosmovisiones y fobias, mientras diversas personas, que han sido significativas en los últimos 10 años de su vida, confrontan, modifican e intervienen su perspectiva de mundo, cambiando sus nociones de cuerpo, género, moral, ética, compromiso, afecto y comunidad. El texto, por otra parte, constituye también una invitación al lector a revisar críticamente sus propias fobias.
En su escrito, El nido de los pájaros: archivos y poéticas de un laberinto, el artista Oscar Moreno aborda el tema del desplazamiento forzado, relatando de qué forma su trabajo como docente lo puso en relación con una población de niñas y niños víctimas de dicho fenómeno. Este encuentro abrió una ruta de exploración en su labor artística, que lo llevó a redescubrir su historia familiar, también marcada por la presencia del conflicto armado en Colombia. A partir de esto decidió desarrollar, con diferentes comunidades afectadas, ejercicios de micropolítica, de construcción de memoria transgeneracional y de recreación de imaginarios, donde se manifiesten afecciones, conocimientos e intuiciones elaboradas por estas comunidades ante las circunstancias adversas que han tenido que afrontar.
El escrito de Laura Martínez Duque y Nadina Marquisio, Pero, el viaje, ¿son las imágenes del viaje?, le presenta al lector algunas de las transformaciones que sufrieron estas dos cineastas durante sus primeras experiencias de ejercicio profesional hasta la realización de su primera película documental, Juntas. Lo más importante en dicho proceso es el abandono del afán por proclamar la propia genialidad, en procura más bien de encontrar las historias correctas: aquellas que no corresponden a ninguna etiqueta, a ninguna expectativa predeterminada, por lo cual generan afecciones más complejas en el espectador, quien, al conectarse con ellas, puede recordar o descubrir hacia dónde apuntan su amor y su deseo, y dónde está su tierra soñada.
En su escrito Gesto. Punto ciego: Oscilaciones, Leonardo Donado nos confronta con un ejercicio de deconstrucción de la vivencia de la música, a través de la alteración del acto interpretativo y de los componentes que en él intervienen. Los instrumentos, segmentados e interrumpidos, adquieren una significación diferente a la usual, pero no menos poderosa: se convierten en mecanismos y organicidades que, al estar fuera de lugar, transforman el gesto del individuo que los acciona y el de quien observa dicho accionar, con esos nuevos sonidos y silencios llenos de resonancias inquietantes.
Natalia Espinel en su texto, Moverse hacia el otro, nos habla de las diversas maneras en que ha explorado una intuición fundamental que anima cada uno de sus proyectos: la construcción del propio ser, de las propias subjetividades, a través de distintas dimensiones corporales (la piel y la respiración, por ejemplo) que permiten y potencian la posibilidad de generar tejido, de establecer relaciones colectivas con los otros, donde las fronteras yoicas se disuelven. El colectivo se vive, entonces, como una prolongación del propio ser, lo que genera una interdependencia donde cada individuo cuida y es cuidado, y donde nuestras subjetividades, al no estar aisladas, resultan fortalecidas y enriquecidas.
En esta ocasión, la Entrevista es una conversación entre el artista Juan Orrantia y el curador y gestor cultural John Fleetwood alrededor de la obra de la fotógrafa y activista sudafricana Zanele Muholi. En el marco de dicha conversación, Fleetwood señala de qué manera Muholi traza, desde su obra fotográfica, una valiente contestación a las políticas de representación del cuerpo presentes en la Sudáfrica posapartheid. Con ello hace referencia a la forma como en Sudáfrica, en medio de los complejos procesos de cambio que se empezaron a generar ante el desmonte del régimen segregacionista y racista, surgieron discursos de retorno a lo tradicional teñidos de claros tintes nacionalistas, esencialistas y raciales. Parte de estos imaginarios los constituyeron conceptos homofóbicos y heteronormativos que entendían como no africanas y, por consiguiente, antinacionalistas, a las manifestaciones de deseo homosexuales. Muholi ha venido respondiendo a estas violencias de la representación de los cuerpos y del deseo con series fotográficas en las que los cuerpos señalan otras formas de articulación, otras expresividades y otras maneras de construir lazos sociales, políticos y afectivos.
La sección A:dentro se ocupa de dos exhibiciones. La primera de ellas, el 16SRA. Este es revisado por Mónica Torregrosa Gallo, fotógrafa y videógrafa oficial de los salones regionales y una de las pocas personas que logró conocer de cerca los procesos, las peripecias, las dificultades y los hallazgos de todos y cada uno de los salones regionales. Torregrosa señala, como una particularidad común en esta edición de los regionales, el énfasis en las prácticas comunales y descentradas. Imbricada en su narración, se encuentra la pregunta sobre qué se entiende por región en un país marcadamente centralista y capitalocéntrico.
Juanita Monsalve, periodista, artista e historiadora, reflexiona en torno a la segunda exposición denominada “El arte de la desobediencia”, la cual durante la segunda mitad de 2018 fue exhibida en el Museo de Arte Moderno de Bogotá. Esta muestra estaba constituida por piezas elaboradas entre 1965 y 1984, en su gran mayoría pertenecientes a la colección privada del museo, y señalaba un momento histórico que podría entenderse como transicional, ubicado entre las gramáticas establecidas del arte moderno y las emergentes del arte contemporáneo en Colombia. Monsalve desarrolla un argumento crítico a propósito de los discursos curatoriales, relativos a la particular posición de la institución museística ante el campo del arte.
La sección A:fuera revisa la muestra “Prosthetic Realities: Fake Truths and True Lies in Colombian Contemporary Art” (“Realidades prostéticas: falsas verdades y mentiras verdaderas en el arte contemporáneo colombiano”) que se realizó en el Centro para los Estudios Latinoamericanos David Rockefeller en la Universidad de Harvard en Cambridge, entre el 9 de septiembre de 2015 y el 23 de abril de 2016. En dicha muestra se explora la paraficción: situaciones ficticias presentadas al público como verdaderas; prótesis de la realidad en tanto que provocan vivencias reales amparadas en su pretendida autenticidad.
La segunda exposición, “La luz negra”, realizada en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona entre el 16 de mayo y el 21 de octubre de 2018, es revisada por Jorge Zentgraf. Dicha exposición parte de las construcciones de la sociedad contemporánea que organizan y aprisionan el tiempo y ante las cuales la vorágine de información actual parece ofrecer nuevas opciones de existencia. El título de la muestra alude a un concepto sufí que identifica el color negro, que se ve al cerrar los ojos, con un momento de éxtasis y conexión con Dios tras el cual hay una transformación profunda en el individuo que lo experimenta.
La sección Publicados trae a cuento tres libros. Clara Eugenia Unigarro Tarazona reseña La política cultural de las emociones, de Sara Ahmed, donde dicha autora plantea las emociones no solo como elementos estructurantes del existir humano y la subjetividad de los individuos, sino también como factores relevantes en la articulación de las sociedades contemporáneas, por cuanto inciden en los cuerpos individuales que las componen. No obstante, también sostiene Ahmed una dinámica en sentido inverso, donde el conjunto social privilegia determinados modos de sentir y de existir en una economía político-afectiva que obedece a los intereses de los grupos sociales dominantes.
Elizabeth Lozano lleva a cabo una reflexión en torno al texto Shame and the Aging Woman de J. Brooks Bouson publicado en 2016. Lozano comenta cómo, en el marco del giro afectivo, muchos han sido los asuntos que han ingresado en el repertorio de lo pensable y de lo discutible, asuntos que anteriormente ocupaban el estatuto de lo culturalmente invisible o dado como inexistente. En este escenario, la autora norteamericana J. Brooks Bouson realiza un trabajo minucioso de crítica literaria en el marco del cual revisa un grupo de textos de autoras feministas contemporáneas que reflexionan sobre el etarismo y la fobia a la vejez. Desde la antología de Brooks Bouson, se expresan voces que ponen en evidencia una sociedad patriarcal que construye cuerpos normalizados y cuerpos anormales, cuerpos deseables y cuerpos rechazables, que establece, desde diferentes regímenes de control, por ejemplo, la estigmatización del cuerpo que envejece.
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individuales que las componen. No obstante, también sostiene Ahmed una dinámica en sentido inverso, donde el conjunto social privilegia determinados modos de sentir y de existir en una economía político-afectiva que obedece a los intereses de los grupos sociales dominantes.
Elizabeth Lozano lleva a cabo una reflexión en torno al texto Shame and the Aging Woman de J. Brooks Bouson publicado en 2016. Lozano comenta cómo, en el marco del giro afectivo, muchos han sido los asuntos que han ingresado en el repertorio de lo pensable y de lo discutible, asuntos que anteriormente ocupaban el estatuto de lo culturalmente invisible o dado como inexistente. En este escenario, la autora norteamericana J. Brooks Bouson realiza un trabajo minucioso de crítica literaria en el marco del cual revisa un grupo de textos de autoras feministas contemporáneas que reflexionan sobre el etarismo y la fobia a la vejez. Desde la antología de Brooks Bouson, se expresan voces que ponen en evidencia una sociedad patriarcal que construye cuerpos normalizados y cuerpos anormales, cuerpos deseables y cuerpos rechazables, que establece, desde diferentes regímenes de control, por ejemplo, la estigmatización del cuerpo que envejece.
Manuel Zúñiga comenta el libro La dimensión sensorial de la cultura. Diez contribuciones al estudio de los sentidos en México. La compilación le presenta al lector un espectro diverso de estudios que logran convertir a los datos del mundo sensible o sensorial en herramientas para la producción de conocimiento en los ámbitos de las ciencias sociales y las humanidades. Así mismo, dichos estudios abordan distintas experiencias sensoriales en diferentes contextos, reconstruyendo, develando e indagando los significados culturales y las relaciones que a tales vivencias se les han atribuido. En unos casos se evidencian experiencias muy diferentes a las del sujeto inscrito en el mundo occidental contemporáneo y, en otros, se manifiestan las sorprendentes y paradójicas codificaciones a través de las cuales nosotros, sujetos de ese mundo occidental contemporáneo, vivimos y experimentamos nuestra sensorialidad.
En esta ocasión, la revista Errata # 19 invita a llevar a cabo el Inserto a la artista y estudiosa cultural Ángela Patricia Robles Laguna, Alias Angelita, quien, con el apoyo de Santiago López Carmona, lleva a cabo una carta lésbica de Bogotá. El objeto —cartografía— femzine funda su reflexión en la tesis de maestría de Robles Laguna, en la que la investigadora explora las prácticas de producción del espacio de las mujeres lesbianas de Bogotá, tomando como eje, por otra parte, su experiencia vital.
1 La noción de lo capitalístico proviene de Félix Guattari. Luego, esta noción será retomada por Gilles Deleuze y Guattari en Mil mesetas. También la emplea Suely Rolnik en sus diversos textos. El sentido del término capitalístico hace referencia a la capacidad de dicho sistema de cooptar las subjetividades desde su mismo deseo, de tal manera que los sujetos terminan deseando lo que el capital quiere.
2 La frase la emplean Heidi y Rolf Abderhalden en su texto para aludir a la definición que hace Suely Rolnik de la forma como opera Mapa Teatro.
Referencias
Blackman, L. y Cromby, J. (2007). Affect and Feeling. International Journal of Critical Psychology (21), pp. 5-22.
Brown, S. y Stenner, P. (2001). Being Affected: Spinoza and the Psychology of Emotion. International Journal of Group Tentions, 30(1), 81-105.
Deleuze, G. (2008). En medio de Spinoza. Buenos Aires: Cactus.
Guattari, F. y Rolnik, S. (2005). Micropolíticas. Cartografías del deseo. Madrid: Traficantes de Sueños.
Lara, A. y Giazú, E. (2013). El giro afectivo. Athenea Digital, pp. 101-119.
Ticineto Clough, P. y Halley, J. (2007). The Affective Turn. Theorizing the Social. Durham: Duke University Press.