ANTE EL LUGAR COMÚN: TRES REFLEXIONES SOBRE LO CURATORIAL
Los debates en torno al lugar que ocupan las nociones de saber y poder dentro de las prácticas artísticas suelen enfocarse en cada una por separado, asociándose, en el primer caso, a los procesos de formación, y en el segundo, a los de curaduría. Desde los enfoques convencionales las prácticas de curaduría podrían no interpretarse como espacios del saber y las prácticas pedagógicas podrían no asimilarse a los efectos del poder. El presente número de Errata# indaga sobre la relación intrínseca de ambas nociones dentro del campo del arte a través de diferentes perspectivas. Están presentes las políticas del ver e interpretar, tanto como los procesos de mediar el saber y los discursos. Se revisan las maneras y lugares a través de los cuales el arte circula, tanto como las propuestas de curaduría / pedagogía que surgen de posiciones críticas o que fomentan miradas que ponen en cuestión el campo del arte.
Los tres artículos que conforman la sección nacional abordan el arte colombiano desde estas perspectivas, centrando su atención en procesos y proyectos particulares. En mi artículo, «Mediar las prácticas artísticas: ¿deponer o exacerbar la mirada?», reviso las políticas de ver e interpretar y las maneras de mediar el saber que han caracterizado la conformación del campo del arte en Colombia durante los últimos treinta años. Analizo las exhibiciones «Ante América», «Cambio de foco» y «Los hijos de Guillermo Tell», realizadas en Bogotá a comienzos de los años noventa, y el MDE07 «Espacios de hospitalidad», que tuvo lugar en Medellín en el 2007. También abordo el Primer Coloquio de Arte No-objetual y Arte Urbano, realizado en el Museo de Arte Moderno de Medellín en la década de los ochenta, y las dos primeras cátedras internacionales de arte de la Biblioteca Luis Ángel Arango de Bogotá, en la década siguiente. Esta serie de proyectos fueron cruciales para reubicar la mirada en orden a construir nuevas formas de identificación cultural en el campo del arte colombiano frente al contexto de América Latina.
El segundo artículo, de la investigadora Angélica González, titulado «Un giro educativo: de la práctica de la curaduría a lo curatorial», parte del debate sobre la transformación de las prácticas curatoriales a lo largo de los últimos veinte años. A su autora le interesa examinar la manera como «el trabajo del curador ha cambiado y supera el hecho en apariencia simple de escoger una lista de artistas, un conjunto de obras o escribir un texto introductorio para un catálogo». Mediante el análisis de dos términos, «curaduría» y «lo curatorial», su texto elabora sobre las habilidades y capacidades que constituyen el «oficio del curador», las cuales tienen que ver con los procesos de gestión y montaje de exposiciones fundamentados en las maneras habituales de trabajar al interior del campo del arte, y las contrapone al surgimiento de un «discurso curatorial» entendido como un campo disciplinar con sus propios objetos de reflexión, sistemas de referencias, cánones y metodologías, entre otros. Si la curaduría parece condensarse en el formato exhibición, lo curatorial parece identificarse con un orden metadiscursivo, en donde son necesarios dispositivos como laboratorios, conversaciones, encuentros o publicaciones, además de las exhibiciones, entre otros. Mientras la primera noción suele circunscribirse a los resultados de las exposiciones, la segunda tiende a orientarse a los procesos temporales que sustentan la puesta en circulación de las prácticas artísticas.
Al considerar este debate a través del giro educativo de las prácticas artísticas y curatoriales, la autora llama la atención a la manera como la curaduría y la creación artística han asimilado modelos y métodos de las prácticas educativas, al punto en que, más allá de que los artistas y curadores trabajen en torno a estos temas, son el arte y la curaduría los que operan como praxis educativa. Esa praxis parece rehuir la espectacularidad de los espacios del arte, tanto como la formalidad de los modelos de educación de los museos; guarda una postura crítica ante la educación formal de las universidades, así como ante los proyectos pedagógicos de los departamentos de educación de las instituciones artísticas. Como estudio de caso, el artículo se centra en dos proyectos que abordan el debate entre la curaduría y lo curatorial desde la perspectiva del giro educativo. Se trata de El Institut des Hautes Études en Arts Plastiques, concebido por el artista Daniel Buren y el curador Pontus Hulten, en 1996, y el proyecto Manifesta 6 School, que concibieron el artista Anton Vidokle y los cura dores Mai Abu ElDahab y Florian Waldvogel, para llevarse a cabo en el 2006, pero que nunca llegó a realizarse. Con una juiciosa revisión de estos proyectos, la autora desarrolla su planteamiento para enlazar luego con el análisis de dos proyectos presentados recientemente en Bogotá, en el marco de los 15 Salones Regionales de Artistas: el Museo efímero del olvido y la Escuela de Garaje. En estos proyectos ella encuentra la intención explícita de ir más allá de la exhibición para generar una plataforma proclive a involucrar otro tipo de prácticas y experiencias que permitan generar discusiones y diferentes procesos de carácter inmaterial, en particular, generar instituciones ficticias, ya sea de formación o circulación, para desconvencionalizar las actividades que tendrían lugar allí.
En el tercer artículo «Intersticios entre prácticas pedagógicas, artísticas y curatoriales en Colombia», la investigadora Nadia Moreno desarrolla su argumentación en torno a un conjunto de proyectos expositivos realizados en la Galería Santa Fe en Bogotá. Su texto se sustenta en la innegable presencia de proyectos artísticos realizados recientemente que han logrado cruzar la barrera que separaba convencionalmente las prácticas pedagógicas de las curatoriales. En ese sentido menciona la manera como al interior de las instituciones museales solía existir una relación jerárquica entre curaduría y pedagogía, que se ha visto desafiada por estos nuevos enfoques. En ese orden de ideas, ella revisa dos proyectos realizados en museos de Bogotá, entre los años 1970 y 1990, que permearon los enfoques pedagógicos con miradas críticas surgidas desde el arte y que, a su vez, complejizaron los programas curatoriales de las instituciones donde se expusieron.
Sin embargo, el artículo se enfoca concretamente en el análisis de tres muestras realizadas en la Galería Santa Fe, la sala de exhibición pública de Bogotá, previamente a la formulación y difusión de muchas de las conceptualizaciones del «giro pedagógico». Se trata de: Los trabajos del taller de Antonio Caro, realizada en 2001; De memoria, nueva fauna y flora en Santa Fe de Bogotá, del mismo año, de FernandoEscobar; y Siga, esta es su casa de Paulo Licona, que se exhibió en el 2004. El proyecto de Caro fue parte de la segunda versión del Premio Luis Caballero, emblemático de dicha sala. La autora llama la atención sobre el hecho de que estos proyectos no
fueran vistos en su momento como espacios intersticiales de cruce entre la pedagogía, la curaduría y las prácticas de creación, sino como formas de apropiación desde el arte de esos «otros» procesos. Siga, esta es su casa funcionó como un detonador de interacciones sociales e intergeneracionales que convirtieron la muestra en un espacio de experimentación creativa. Los trabajos del taller, a su vez, desmontaron los supuestos que se asocian a los procesos de formación artística y se enfocaron en la experimentación pedagógica, intentado activar la dimensión creativa intrínseca a todo ser humano muy por encima de la noción de creación asociada al campo del arte. Este trabajo surgió de la larga experiencia de Antonio Caro realizando talleres artísticos, que él precisamente se cuida en nombrar como talleres de creatividad y no como talleres de arte. El último proyecto, de Fernando Escobar, se apoya también en procesos colectivos, pero los potencializa basado en un trabajo de campo que empodera a los participantes al vincularlos como productores culturales (rol que se mantiene hasta las plataformas de puesta en escena pública del proyecto).