La memoria como ejercicio político incesante
A continuación presentamos la conversación que sostuvimos con el director teatral chileno Guillermo Calderón durante su visita a Buenos Aires, en agosto del 2013, para presentar dos funciones de su obra Villa+Discurso en el Centro Cultural San Martín.
Estrenada en el 2011, en Santiago de Chile, esta obra escrita y dirigida por Guillermo Calderón e interpretada por las actrices Francisca Lewin, Carla Romero y Macarena Zamudio,1 contiene, tal como su título lo anuncia, dos obras en una. En Villa, tres personajes femeninos de unos treinta años, que se nos presentan con el mismo nombre (Alejandra), discuten qué hacer con Villa Grimaldi, el predio que funcionó como principal centro de tortura y desaparición de personas durante la dictadura de Augusto Pinochet. Los tres personajes femeninos, presuntamente vinculados a las agrupaciones de derechos humanos, deben votar para elegir entre dos opciones y resolver lo que los miembros más antiguos de la organización (la generación de sus padres) no ha logrado dirimir: bajo qué política constituir a Villa Grimaldi como espacio de memoria. La opción A defiende la reconstrucción de Villa Grimaldi tal como era cuando funcionó como centro de tortura, priorizando la necesidad de recordar el horror y denunciar lo ocurrido, haciendo del lugar un espacio de dolor. La opción B propone construir un museo de arte contemporáneo que, desde una arquitectura minimalista y moderna, la incorporación de nuevas tecnologías y del lenguaje del arte conceptual, genere una mirada abierta al futuro que resignifique el dolor por medio de la experiencia estética. Se trata de la puesta en escena de un conflicto sin resolución, que atraviesa debates fundamentales de las agrupaciones de derechos humanos sobre la memoria, a la vez que desmonta toda concepción de la memoria como algo dado, al presentarla como un discurso que se construye a partir de posiciones en pugna.
Villa+Discurso, 2011. Festival Internacional Santiago a Mil, Casa de Memoria José Domingo Cañas, excentro de tortura, Santiago de Chile. Foto: cortesía de Guillermo Calderón.
En Discurso, tres personajes femeninos asumen la voz de Michelle Bachelet para pronunciar un ficticio discurso de despedida luego de concluir su primer gobierno (2006-2010). Como señala el programa de mano, la obra discurre sobre «las aspiraciones y frustraciones de una generación que vivió emocionada la experiencia de elegir a la primera presidente mujer de Chile, quien además había sido víctima de la tortura», y, a la vez, imagina «el conflicto de una mandataria que aspira a producir reformas populares administrando el modelo neoliberal impuesto por la dictadura».
Así, Villa+Discurso plantea una discusión depurada de toda condescendencia sobre las políticas de la memoria y, por esa razón, es una obra que interpela el presente de la interminable posdictadura chilena. Entre línea y línea, la obra de Calderón deja ver cómo los efectos del terrorismo de Estado no pueden circunscribirse solo a las víctimas directas, porque la dictadura no es una cuestión del pasado que se deje atrás con una generación. Por el contrario, lo que esta obra parece decir es que la violencia dictatorial no solo tuvo una dimensión destructiva, sino que también fue una violencia productiva; una violación que engendra. De ahí que la obra llame a pensar en todo lo que la dictadura gestó una generación, una izquierda que no fue solo derrotada sino reconcebida, una trama institucional, legal y política, sentidos comunes, otro país , dejando a su paso toda una cadena histórica desdibujada. A la vez, no es casual que sean personajes femeninos los que toman la palabra en la obra. Hay una vieja pedagogía en la lógica colonial que enseña que el cuerpo de la mujer es el primer territorio a ocupar por el colonizador; una pedagogía que hereda toda operación (re)fundacional -incluida la dictatorial-, según la cual el cuerpo de la mujer constituye un botín codiciado.2 Por eso la violación como forma de tortura en las dictaduras latinoamericanas se practicó con tenacidad, pues ha servido para satisfacer aquella fantasía del poder de lograr interrumpir e inocular en las alianzas y el linaje de las organizaciones de izquierda, el «enemigo interno».
Villa+Discurso, 2011. Festival Internacional Santiago a Mil, excentro de tortura Londres 38, Santiago de Chile. Foto: cortesía de Guillermo Calderón.
Pero Calderón no pone el cuerpo femenino en el centro de la escena como víctima sino para pensar en la relación entre mujer y política, y entre mujer y poder, como una relación compleja en la historia reciente de Chile. Así, en la obra, la figura épica de la mujer que lucha por las víctimas de la dictadura tiene su contracara en la sutil alusión, en el nombre «Alejandra», a Marcia Merino, «la flaca Alejandra», militante de izquierda que pasa a la historia como signo de la traición.3 Entre ambas figuras femeninas, la de la mujer que lucha y la de la mujer que traiciona, se entrevé la figura ambivalente y velada de la primera presidenta de Chile. En todas estas tensiones, especulamos, se cifra el «+» que enlaza Villa+Discurso.
Fernanda Carvajal ¿Cómo fue el trabajo con el texto?¿Tenías algo escrito de antemano, o fue algo que fuiste trabajando con las actrices?
Guillermo Calderón Primero escribí la obraDiscurso.La escribí en una residencia que hice en un teatro en Londres.4 Y la escribí pero no tenía muy claro cómo montarla. Después me di cuenta de que lo que necesitábamos era un contexto. Y hace tiempo que yo quería trabajar con Villa Grimaldi5, había hecho un par de cosas ahí, me interesaba mucho el lugar y llamé a estas tres actrices y les dije: «quiero escribir esta obra que se llama Villa, pero quiero hacer también Discurso, como una suerte de pieza de acompañamiento». Y cuando les dije que iba a escribir Villa, tenía una idea de lo que era la obra, pero en realidad la escribí para ellas, pensando en ellas. Me reuní con las actrices y les dije: «De esto se trata la obra. Aquí están las diez primeras páginas». Y comencé a escribir a partir de lo que veía que pasaba en el ensayo. No se trata de una escritura basada en la improvisación, sino simplemente de ir enfatizando cosas que tienen que ver con las personalidades de las actrices o con la emoción que sale de la escritura. Entonces fui escribiendo Villa con ellas y también pensando mucho en el lugar donde la obra se iba a dar. Porque en un principio yo no sabía que finalmente estrenaríamos esta obra en el excentro de tortura de Londres 386. Cuando ya supimos que íbamos a montar la obra en ese lugar fue mucho más fácil emprender la escritura y la puesta en escena, que es una puesta en escena muy transparente solo un escritorio, sillas pues es el espacio donde se hace la obra lo que tiene que sobresalir.
FC ¿Y cómo fue el proceso de ensayos hasta llegar a loque vemos hoy, donde es muy impresionante el modo en que las actrices hacen fluir el texto en escena?
GC Ensayamos mucho, fue un trabajo de seis meses,porque no es solo aprenderse el texto y decirlo, es hacerse cargo de las ideas. Y hay que conectarse mucho con la emoción del tema. Entonces hay que investigar. Es un proceso muy personal, hay que leer los testimonios de la gente que pasó por Villa Grimaldi, hay que empaparse en eso, lo cual produce una emoción muy fuerte. Pero la idea de la obra no es enfatizar la emoción. La emoción está implícita en la historia. Es una obra de ideas que tiene que apelar a un lado racional, en el sentido de que uno se haga parte de una discusión política, teórica. Muchas veces, cuando experimentas una emoción muy intensamente, eres capaz de dejar esa racionalidad intelectual en un segundo plano. Y en la obra siempre estamos tratando de equilibrar eso, de tal forma que una no se imponga a la otra.
Pío Longo Pienso que en la obra hay un revisitar a lasorganizaciones de derechos humanos y sus discusiones, que no pasan todo el tiempo por la emoción y el revivir el dolor, sino también por discutir cosas muy densas. Más allá de revisar los testimonios de las víctimas, ¿cómo fue la problematización de ese ámbito, de meterse con el mundo de los derechos humanos, con toda esa cultura?
GC Yo me metí en la investigación teórica sobre eltema de la memoria, especialmente en el memorial de Berlín para el Holocausto, que es una discusión muy interesante. Pero esa discusión en Chile no se dio mucho, excepto en círculos estrictamente académicos y, justamente, de estas organizaciones. Y estas organizaciones tienen un problema con la discusión, porque ellos están principalmente atrapados en la energía de vida de administrar y hacer sobrevivir estos lugares. Por lo tanto, si bien están en permanente discusión, la necesidad de mantener estos lugares vivos muchas veces hace que pierdan de vista los debates. Yo hablé con ellos, me di cuenta de los problemas que tienen y hay muchos. Para darte una idea, nosotros estrenamos en Londres 38, y ese lugar, cuando nosotros fuimos, estaba gestionado por tres organizaciones distintas que se disputaban el espacio. Entonces había una agrupación que la administraba los días lunes y otra que la administraba los días martes y miércoles, y era una situación muy difícil. De hecho, cuando nosotros estrenamos la obra en este lugar, lo hicimos junto con una de estas organizaciones, pero la otra organización no estaba de acuerdo. Había tal nivel de conflicto que el día del estreno, mientras nosotros estábamos
haciendo la obra, se realiza una protesta: meten ruido para obstaculizar la obra, ante lo cual nosotros no paramos, sino que lo que hacemos es subir los micró-fonos y la obra se da. Ahora, cuando estas personas vieron la obra, se sintieron identificadas, dijeron «es más o menos el tipo de discusión que tenemos y con la intensidad que la tenemos». La gente que administra estos centros usa el término sobreviviente, no usa la palabra víctima. Vienen de organizaciones políticas de izquierda que tienen mucha división política, histórica e ideológica de todo tipo. Es decir, hay una tradición de unidad y de trabajo conjunto, pero también hay una tradición de conflicto. Y ese conflicto es parte de cómo se vive la administración de esos lugares hasta hoy. Y de alguna manera queríamos hacernos cargo un poco de esta historia.
FC Una cosa que conversamos es cómo la obra,insertándose en estos lugares, funciona como una alternativa más entre las propias opciones que se discuten dentro de la obra sobre qué hacer con los espacios de memoria. Si en la obra se discute entre la opción A, de reconstruir el lugar tal como fue en tanto huella del horror, y la opción B, de hacer un museo de arte contemporáneo que resignifique la experiencia de la violencia, ¿es posible pensar que habría otra opción que la propia obra propone? Porque la obra se mete como una cuña en estos espacios para producir un evento acotado que intenta poner sobre la mesa una discusión. En este sentido, me imagino que así como nos contaste lo que pasó en Londres 38, en cada uno de los lugares debe haber provocado diferentes efectos.
GC Sí. Por ejemplo, la obra es sobre Villa Grimaldi,y cuando dimos la obra ahí, ellos se lo tomaron con bastante humor y recibieron bien la obra. Porque la obra es crítica con respecto a Villa Grimaldi, en el sentido de que es un lugar muy lindo y eso entra en contradicción con su historia, y eso está en la obra. Y resulta interesante porque esta es una organiza-ción que nace en la urgencia y que tiene que estar construyendo y reconstruyendo permanentemente su visión. Y quizás hoy ya es muy tarde para repensarse
Hoy Villa Grimaldi ya es otra cosa. También presentamos la obra en la Casa Memoria José Domingo Cañas.7 En este lugar la casa que funcionó como centro de tortura es demolida, pero la agrupación que la dirige se consigue un dinero y construye un centro cultural nuevo. Y ese centro cultural es muy bonito, de una arquitectura nueva, moderna. Pero está en muy malas condiciones porque no tienen ni un peso para mantenerlo. Por lo tanto, ese es otro problema; porque una cosa es construir un lugar de memoria y otra el problema de cómo mantenerlo y de cómo mantenerlo como un lugar activo de memoria, que son cosas distintas. Este es un problema que en Villa Grimaldi (que es el centro más importante) lo tienen más o menos resuelto: siempre están con proyectos internacionales. En cambio, en otros centros que se manejan con una economía más precaria, nos pedían que no gastá-ramos electricidad porque simplemente no tenían para pagarla y ahí se hace evidente un problema. Ahora, lo que nos pasó en Villa Grimaldi, que tiene que ver con el lugar de la memoria como una experiencia linda, también nos pasó de otra manera aquí en Buenos Aires, en el Parque de la Memoria, un lugar nuevo que parece un museo de arte contemporáneo, que es algo que la obra critica. Ellos se rieron, se rieron mucho con una risa un poco nerviosa como diciendo «justamente esa crítica está totalmente dirigida a nosotros».
La crítica al museo de arte contemporáneo es a la visión de la memoria como algo para recordar desde una arquitectura moderna, desde lo caro, desde lo lindo, desde lo perfecto, desde lo moderno que brilla. Yo creo que esa es la crítica que más duele, porque para las personas que están organizando un centro cultural que es muy básico, que es muy sencillo y que tiene muy pocos recursos, de alguna manera, la crítica es mucho más bienvenida.
PL Claro, tal vez porque la crítica al discurso sacrificial y al quedar varados en el dolor, es algo que tienen más asumido.
GC Exactamente. Y los lugares hablan con más claridadde esa historia porque son lugares más fallidos, son lugares… es más espantosa la historia. Por ejemplo, Londres 38 es una casa, entonces cuando hacemos la obra ahí, impacta de una forma distinta. Porque los otros lugares, José Domingo Cañas y Villa Grimaldi son espacios que se demolieron y por lo tanto son lugares abiertos. Pero Londres 38 es una casa, entonces es mucho más fácil entender la situación de cárcel, uno ve los lugares donde se cometió la tortura, que son habitaciones que están ahí, entonces es mucho más fácil imaginárselo.
FC La experiencia del cuerpo es mucho más fuerte.
GC Exactamente. Ahora, Londres 38 es un lugar muyparadójico. Después de que fue centro de tortura lo reutilizaron, lo pintaron y durante más de veinte años funcionó ahí el Instituto O’Higginiano8, una asociación de historiadores de derecha que estaban ahí para ratificar la historia militar de Chile. Entonces cuando tú vas no ves el resto del centro de tortura, sino que ves el resto de la oficina que borró el centro de tortura y quizás es tan fuerte ver la huella de la violencia como su proceso de encubrimiento. Después de eso el espacio deja ver una tercera capa, que es lo que las agrupaciones han tratado de hacer con el lugar. Cuando nosotros hicimos Villa+Discurso ahí, separábamos la obra con un intermedio y eso per-mitía que la gente recorriera el lugar. Ello generó un efecto muy fuerte, porque Londres 38 nunca fue muy visitado ya que estuvo mucho tiempo cerrado, vedado al acceso público. De modo que mucha gente que fue a ver la obra ahí, veía también el lugar por primera vez.
Villa+Discurso, 2011. Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, Santiago de Chile, junio. Foto: cortesía de Guillermo Calderón.
Entonces, la gente veía la obra Villa y después recorría el lugar, con el problema que le había planteado la obra y después se sentaban a ver Discurso, con toda esa carga, lo que era muy interesante. Ahora, con todo lo que me gustaba a mí eso, también era conflictivo por lo que decía antes: porque el lugar despertaba una emoción muy fuerte, y esa emoción se imponía al análisis más concreto del discurso ideológico.
En realidad, todos los lugares plantean una contradicción de distinta manera. Por ejemplo, nosotros hicimos funciones en el Museo de la Memoria. Entonces tuvimos una gran discusión, porque nosotros acá (en el Teatro San Martín), en la parte de la obra en que se menciona el Museo de la Memoria decíamos «ese Museo de la Memoria que está en la calle Matucana, al frente de la Quinta Normal». Pero estando allá lo cambiamos, dijimos «este Museo de la Memoria». Entonces era mucho más complicado como experiencia, porque tú estabas en el lugar; se hacía referencia al lugar, pero además la obra hacía referencia a que el lugar es el lugar en que estamos ahora, y creaba otro problema. Entonces estos son distintos ejemplos como para contarte cómo el lugar va transformando todo.
PL ¿Te parece que la obra puesta en esos lugares estambién otra alternativa, es una práctica de memoria desde el dispositivo teatral en relación con el espacio?
GC Sí, de todas maneras esa es la idea, porquecuando tú vas a cualquiera de estos lugares, no son lugares que estén cambiando mucho. Son lugares que ya fueron lo que iban a ser. Entonces hay cambios parciales, se hace una nueva construcción o, por ejemplo, Londres 38 se va a convertir en un museo. Lo que quiero decir es que la obra funciona en un lugar que ya está formado. Entonces, de alguna manera, la obra plantea una transformación imposible, o una transformación que quizás no va a ocurrir en términos físicos, pero que implica continuar la construcción o la destrucción desde otro lado, desde el discurso intelectual o desde el teatro. En este sentido la obra funciona muy bien como intervención. Pero hay otra dimensión en ese problema, que es un poco más complicada y que se relaciona con que estos lugares son muy solemnes. Yo sé que aquí en la Esma construyeron un gran centro cultural, pero hay gente a la que no le gusta eso, porque piensa que traer cultura a esos lugares, como una obra de teatro, es quitar la solemnidad que el lugar requiere.
FC ¿Como si se profanara el lugar?
GC Es profanarlo porque, entre otras cosas, esoslugares son una tumba, además de ser lugares de violación, de tortura, son una tumba y, por lo tanto, ahí hay que tener una relación de respeto por la muerte. Por otro lado, y esto también lo hablamos en la obra, hay un riesgo de sentimentalizar la historia y que termine por decirse: «Triunfamos, triunfó la vida, triunfó la música, triunfó el teatro, entonces vamos a alegrar este lugar». Y hay gente que dice: «Lo siento, este no es un lugar que tenga que ser alegrado, no tiene que pasar por eso». Cuando nosotros llevamos la obra a esos lugares, siempre aparece ese problema. Pero hay otro problema más, que no es igual pero es parecido, relacionado con que nosotros cobramos entrada por hacer la obra. Nosotros acá en Buenos Aires hicimos Villa+Discurso en el Parque de la Memoria, pero primero la íbamos a dar en el excentro clandestino de detención de Virrey Cevallos. Pero una semana antes tuvimos que buscar otro lugar porque ellos tienen la política de que todas las actividades que hacen ahí las hacen gratis. Eso nos ha pasado también en Chile. Por ejemplo, no podemos volver a Londres 38 porque ellos tienen como política no cobrar. Por lo tanto, cuando nosotros venimos con esta obra de teatro, no venimos solo desde el arte, sino que además venimos desde una actividad que yo no diría que es comercial, sino que es, casi, una actividad sin fines de lucro, pero que para ellos es una invasión de una lógica de mercado y no quieren tener nada que ver con eso. Entonces yo creo que, aunque no esté claro, siempre que uno va a estos lugares a presentar la obra, no solo se invade desde el punto de vista de lo que la obra dice, sino desde otros ángulos que no están discutidos en la obra pero que aparecen aquí cuando uno los discute después, en un contexto más académico como este.
PL ¿Cómo fue la relación entre esta obra y otrastradiciones del teatro chileno que han trabajado los mismos temas?
GC Este tipo de obra es casi un género y se hacemucho. Yo pienso que todos los grupos de teatro terminan, tarde o temprano, tratando este tema. Y en ese sentido la originalidad no es nunca una preocupación porque todos se sienten parte de una tradición. Ahora, lo que yo quería hacer era alejarme de un terreno un poco más abstracto, metafórico. Porque muchas veces cuando uno trata este tema desde ideas muy visuales, se llega a una abstracción y esa abstracción muchas veces se convierte en una interesante provocación emocional, intelectual, pero no en una idea que uno pueda discutir en términos concretos. Por eso mi idea acá era tener personajes que piensan y que verbalizan lo que piensan. En este sentido, el clímax de la obra no es cuando los personajes saben quién es el asesino, ni cuando saben cuál es la historia final, sino cuando los personajes dicen lo que realmente piensan. Esta es una idea que surge de haber crecido en dictadura, en años donde no se dice lo que se piensa porque puede ser peligroso. Por lo tanto, ante eso de alguna manera yo me planteo: «mi venganza, algún día cuando yo haga teatro, va a ser decir lo que realmente pienso». Por eso también la estrategia es ponerlo todo sobre la mesa y, de alguna forma, obligar al público a participar en la discusión desde las ideas y desde la palabra.
FC En relación con lo que dices es interesante que lavoz de los personajes de la obra no es la de las víctimas directas, sino la de «los hijos de», aquellos que cargan con el peso de resolver lo que sus padres no pudieron. ¿Qué te interesaba de trabajar con esa voz que, por otra parte, es la de tu generación?
GC Eso que tú dices es así, definitivamente. Lo otroes que hay una idea que yo quería discutir. Quería discutir la idea de que las víctimas de las violaciones a los derechos humanos son solo aquellos que lo sufrieron directamente, porque, como todos sabemos, los efectos de la dictadura se filtran en las familias de generación en generación. Por lo tanto, yo quería enfatizar que el trauma es hoy.9 Y también era importante para mí rescatar la figura de la mujer, porque en términos del mundo de los derechos humanos la víctima emblemática de la dictadura es el hombre, pero la sobreviviente y la luchadora es la mujer. Todos estos centros que yo te nombré, Villa Grimaldi, Londres 38, José Domingo Cañas, son básicamente llevados por organizaciones de mujeres. Las mujeres son una víctima especial, en la medida que la mujer sufre la violación y eso tiene una connotación especial; porque los hombres también sufren la tortura sexual, pero en las mujeres tiene una connotación distinta porque está la cuestión de la fertilidad, la posibilidad del embarazo. Y, por lo menos como ellos lo ven, la violación es la violación de la posibilidad de que la gente de tu especie se siga reproduciendo. No sé bien cómo decirlo…
FC Es como interrumpir o colonizar un linaje.
GC Exactamente. Y romper tu pareja también, porque la mujer no va a poder volver a su familia ni a su marido. Yo quería hablarle sobre esto a la generación de hoy, por eso me interesaba que los personajes fueran mujeres de treinta años para enfatizar lo contemporáneo del problema.
FC Bueno, yo me quedé pensando un poco en el tema dela violación, la violación como tortura en la mujer, que es un tema que liga una obra con la otra. Me parece una metáfora interesante por lo que pasa a nivel ficcional con los personajes, porque las mujeres de Villa son todas hijas de una violación y, por lo tanto, hijas de militares. Así como Bachelet es hija de un militar, fue torturada y muy probablemente violada. Entonces creo que ahí quizás hay más conexiones entre una obra y otra de las que a primera vista pueden verse. Es posible pensar que la obra plantea que existe una generación que está engendrada en un nivel simbólico por las violaciones a los derechos humanos ejecutadas por la dictadura. Y eso abre una pregunta para el presente, pues si bien en la obra hay una reflexión muy fuerte sobre las políticas de la memoria, creo que también se plantea una reflexión sobre la izquierda y sobre qué pasa con una izquierda que tiene que sobrevivir a la dictadura y que tiene que recomenzar después de ella. Ahí la figura de Bachelet me parece muy significativa, justamente por todo lo que su cuerpo vivió.
Villa+Discurso, 2012. Festival MESS en Sarajevo, Bosnia-Herzegovina, octubre. Foto: María Paz González, cortesía de Guillermo Calderón.
GC Totalmente. Mira, la figura de Michelle Bachelet amí me fascina por muchas razones. Cuando ella llegó al poder, había una expectativa con respecto a lo que ella iba a hacer en términos de derechos humanos, porque lo que los movimientos de derechos humanos y la izquierda han querido siempre en Chile es que el problema sea político. Porque la tesis de la Concertación10 ha sido siempre que se trata de un problema legal, que es un problema de los tribunales, y esa tesis ha impedido que se transforme en un tema político. Y eso hace que muchos dirigentes políticos que se adhirieron a la dictadura sigan ahí, entre muchos otros problemas. Entonces había muchas expectativas de que esta mujer, que había sufrido la violencia en su propio cuerpo, hiciera algo distinto. Y lo que ella hizo, principalmente, fue un gran acto simbólico: hizo un Museo de la Memoria, lo que decepcionó a mucha gente. Pero además hay otra cosa que es muy complicada y es que ella nunca habla de su experiencia de tortura.11 Se sabe, pero ella nunca lo usa. Y uno puede pensar que eso es así por dos razones, o quizás por tres. La primera es que no quiere usarlo políticamente porque no quiere que la juzguen por eso. La segunda, tiene que ver con que hay una cuestión de pudor. Todos sabemos que mucha gente que sufre tortura nunca jamás lo habla con nadie. Una tercera razón puede tener relación con que hay gente, en la derecha principalmente, que dice que ella no fue torturada; que estuvo detenida en Villa Grimaldi junto con su madre por dos semanas, pero que no fue realmente torturada y que por lo tanto es todo una gran mentira. Y eso es muy problemático porque bueno, definamos «tortura: si te encierran dos semanas en Villa Grimaldi y hay gente al lado tuyo gritando, aunque no te apliquen a ti las técnicas de tortura, te torturan. Pero quizás sí la torturaron y sí la violaron, no lo sabemos, es un misterio. Si ella ha sido torturada y no cuenta una historia, la gente (o cierta gente) tiene derecho a dudar y a llamarla mentirosa. Entonces sobre el apremio recibido, está el apremio de negar haber recibido ese apremio y que la traten de una persona falsa, y eso es muy retorcido.
Cuando estrenamos esta obra hubo comentaristas de derecha que dijeron: «Cómo están diciendo eso, si es una gran mentira que la torturaron». Y hay otro problema que es que cuando ella sale elegida presidenta, mucha gente empieza a decir que ella es gorda. Eso fue muy inquietante para mí, porque lo que nosotros sabemos de esta mujer es que la torturaron físicamente. Bueno, sabemos que torturaron a su padre y lo mataron y que después la torturaron a ella y a su madre; no sabemos qué pasó exactamente, pero sí sabemos que la torturaron. Pero cuando tú hablas públicamente del cuerpo de una mujer condenándola, por ejemplo, por ser gorda, estás de nuevo atacándola desde su cuerpo, lo cual, en términos simbólicos, es una repetición de lo que le pasó a ella antes. Y eso para mí era muy importante. Eran cosas que yo veía y que quería llevar al teatro. Ahora, esto en el teatro está puesto muy sutilmente porque yo soy muy pudoroso y no quería volver a torturarla; quería invadir un poco pero no tanto, porque tuve pudor. Entonces quedó en algo más ambiguo, que es cuando dice: «me torturaron, o no…», o «si es que me hubieran torturado…». Entonces lo dice y lo niega, y me parece que ese terreno de ambivalencia era más fértil como para que uno pusiera en ella esa contradicción. Por otra parte, en la obra ella se defiende diciendo: «Váyanse a la concha de su madre los que me dicen gorda». Se defiende porque es mi fantasía de defensa, pero en realidad ella no se defiende, ella se ubica ante el mundo desde una posición muy frágil. No se defiende, sino que deja que abusen de ella, y eso es muy complicado. A mí me complica mucho, política y personalmente, por qué pasa. No sé. Hay muchas mujeres fuertes, pero ella no es fuerte. Ella es frágil, su carrera política está basada en ser una mujer de la gente, vulnerable, que se emociona, que es cercana. Entonces en términos políticos me interesa mucho que nuestra primera presidenta mujer haya venido del mundo de la izquierda, y que desde el poder se haya ubicado en esa posición.
PL En relación con la recepción de la obra en Chile,especialmente de Discurso, se puso el énfasis en la crítica a la figura de Bachelet, como si no se hubiera podido leer la mirada amorosa, o la dimensión de homenaje que hay al mismo tiempo en la obra.
GC Lo que pasa es que en la obra hay una crítica a sugobierno porque ella administra un modelo económico determinado y administra el Estado chileno, que es un Estado que hace cosas de Estado: administrar violencia, ejercer crueldad. Y ella lo hace y recibe críticas obviamente desde la izquierda y también recibe críticas de la derecha. Y a los bacheletistas no les gusta recibir esas críticas. Ahora, hoy, la crítica hacia Bachelet viene mucho más fuerte desde la izquierda que desde otro lado. Desconfían de ella, creen que su gobierno fue conservador, fue antimapuche, que reprimió el pueblo. Por lo tanto, ahora nosotros vemos que esta obra casi parece una obra de campaña, porque Bachelet aparece pidiendo perdón y reconociendo sus errores, que es exactamente lo que está haciendo ahora en su campaña12. De modo que si Discurso fue una obra crítica hace tres años, hoy parece una obra proBachelet, entonces estamos complicados. La vamos a presentar ahora en un par de semanas más y estamos ansiosos de saber cuál va a ser la respuesta porque el país cambió.
FC Otra pregunta que te quería hacer, y que no sési es una asociación forzada o no, tiene que ver con el uso de los nombres en Villa, la primera parte de la obra. El nombre Alejandra me hizo pensar en Marcia Merino, la flaca Alejandra, la mujer que en Chile se transformó en un signo de la traición. Esto me pareció muy sugerente, porque en un plano simbólico es una figura opuesta a Bachelet, que encarna una figura más asimilable de la militante de izquierda. Entonces quería preguntarte si esto estuvo en juego para ustedes en algún momento.
GC Mira, pensé en muchas razones para usar el nombre. Por un lado, la idea se originó en lo que dices tú, la referencia a la flaca Alejandra, que es una figura muy interesante porque es la gran traidora. Pero, para mi gusto, ella ha sido condenada un poco livianamente. Porque ella sufre la tortura y después hay un militar que la acoge, que la convierte en su pareja y después la sacan de la prisión y ella se convierte en funcionaria de la inteligencia, organizando fichas, papeles, para detener a más gente. Pero su situación es compleja. A ella los servicios de inteligencia le dijeron: «tú ya nos dijiste los nombres, los traicionaste y ya nunca vas a poder volver a ese grupo, por lo tanto ellos te van a matar, tu única manera de sobrevivir es venirte conmigo». Lo cual es tortura de libro, es tortura de manual de tortura y ella cayó. Y la flaca Alejandra fue condenada junto a un par de personas más que pasaron por lo mismo, curiosamente todas mujeres, Luz Arce y María Alicia Uribe.13 Entonces es muy interesante eso porque la mujer aparece en la historia de la tortura como la débil y la traidora.14 Y además aparece como sexualmente problemática porque se queda como pareja del torturador. Entonces es una gran condena que es muy complicada desde muchos ángulos. Entre otras cosas mucha gente habló, la mayoría habló, porque es parte de la experiencia de la tortura y hay mucha gente que se refugió en eso. Con los años, la gente de mi generación empezó a tener una actitud más tolerante con respecto a la flaca Alejandra porque, a ver, la tortura es un trauma y bajo el trauma uno puede hacer cualquier cosa. Está bien, pudo haber traicionado, pero ubiquémonos en el contexto. Quizás otros pudieron haber traicionado, pero no les dieron el mismo castigo que a ella. Ese es un punto. Entonces en la obra las tres se llaman Alejandra porque las tres tienen un problema, un problema de honestidad y de cómo se ubican en la historia. Ellas no están contando su verdad porque están ocultando que son «hijas de». Entonces hay un tema de resaltar: que el personaje que habla esconde un secreto. Hay una deshonestidad que las define. Por otro lado, hay un problema que tiene que ver con que cuando tú creces en una dictadura, como le pasó a mi generación, todos tienen un nombre falso, porque para participar en política tú tienes tu nombre falso, un nombre alternativo. Me interesaba hablar de esa cultura del secreto, la cultura de nunca decir el nombre verdadero; por lo tanto, ellas tres se llaman Alejandra porque no quieren decir su verdadero nombre, no quieren revelar su verdadera identidad, porque todavía viven desde el secreto, viven en la dictadura, viven desde eso y tienen algo que proteger. Y lo que protegen con su secreto quizás no las va a meter presas, pero sí las va a condenar en la medida en que es la historia, es el pasado, es la memoria que está todavía oculta, metida detrás de una protección dura.
FC ¿La obra generó en Chile algún tipo de discusiónpública?
GC Sí, pero se discute como se discute el teatro: sepublica la crítica, después me hacen a mí una entrevista y después me invitan a un foro. Ahí se inicia una discusión, pero tampoco tiene una repercusión más pública. Porque el teatro es limitado, es la experiencia en la sala de teatro. No tiene la fuerza que tiene, por ejemplo, el cine o un editorial en un diario importante. Entonces tiene un lado frustrante, porque se han publicado artículos en los diarios, alguna cosa académica, pero no es que cambie el curso de la historia. Y es un poco frustrante porque uno tiene más sueños para las obras que hace. Se ha dado discusión, pero en ese círculo. Tal vez es el origen de algo más a largo plazo. Aun así, ha habido alguna nota polémica, han salido algunas cosas entretenidas, por ejemplo, un comentario que publicó en su blog Hermógenes Pérez de Arce, uno de los intelectuales de ultraderecha más importantes de Chile (2011).
PL Vos decías que la obra no resultó tan disonantecon la tradición teatral chilena… Pero yo pensaba que, por lo menos acá en Argentina, hay una tradición del teatro en relación con la memoria (o del teatro dispuesto a hacer del teatro un espacio de memoria) que es muy solemne, donde la emotividad tiene un rol muy protagónico. Una tradición muy dispuesta a reivindicar la opción A que se discute en Villa, y que tú de alguna manera problematizas, y pensaba si esa tradición podría haber mostrado resistencia a esta obra.
GC No, por el contrario. Lo que ha sucedido es quenos han juntado con lo que hace Lola Arias15 y aunque son propuestas diferentes, ambas plantean una mirada distinta o nueva sobre la memoria y, tal vez por eso, nos han puesto en la misma familia. Aun así, detrás de Villa+Discurso no hay un deseo de ruptura. Yo crecí enel teatro, donde todo era ruptura, y ya no tengo ninguna necesidad de romper nada. Mi interés es ideológico. La idea de romper, descubrir de nuevo el teatro ojalá que ocurra no es mi punto de partida. Pero si hubiera que mirar qué es lo distinto de esta obra, podría decir que la idea de poner el problema verbalizado en escena y enfrentarlo puede verse como ruptura o como algo nuevo, que no es nuevo en el mundo pero sí en nuestro contexto.
Referencias
Arce, Luz. 1993. El infierno. Santiago de Chile: Planeta. El Mostrador. 2013. «Bachelet desmiente a Manuel Contreras: “Yo estuve en Villa Grimaldi, él me interrogó personalmente”», en: El Mostrador, 7 de octubre. Santiago de Chile. Disponible en: <http:// www.elmostrador.cl/pais/2013/10/07/bachelet-desmiente-a-manuel-contreras..., consultado el 2 de octubre del 2014.
Eltit, Diamela. 1996. «Cuerpos nómadas», en: Debate Feminista, n.° 14, pp. 101-117. México D.F.
Fundación 1367. Casa Memoria José Domingo Cañas: www.josedomingocanas.org
Londres 38. Espacio de memoria, excentro de represión y exterminio (septiembre de 1973 - septiembre de 1974). Disponible en: <londres38.cl/1937/w3-channel. html>, consultado el 2 de octubre del 2014.
Merino, Marcia. 1993. Mi verdad. Santiago de Chile: ATG. Pérez de Arce, Hermógenes. 2013. «La historia la escriben
los perdedores», entrada del sábado 23 de abril. Disponible en: <http://blogdehermogenes.blogspot. com.ar/2011/04/la-historia-la-escriben-los-perdedores.html>, consultado el 2 de octubre del 2014.
Richard, Nelly. 1998. «Tormentos y obscenidades», en: Residuos y metáforas. Ensayos de crítica cultural sobre el Chile de la transición. Santiago de Chile:Cuarto Propio.
Szurmuk, Mónica. 2009. «Posmemoria», en: Diccionario de estudios culturales latinoamericanos. México: SigloXXI; pp. 225-226.
Villa Grimaldi: www.villagrimaldi.cl
1. La obra es llevada a escena por la compañía chilena Teatro Playa, formada por Francisca Lewin, Carla Romero, Macarena Zamudio, Guillermo Calderón, María Paz González y Fernanda Videla, a partir del estreno de Villa+Discurso.
2. En este punto, la referencia a la madre mapuche de uno de los personajes cobra particular densidad.
3. Marcia Merino, la flaca Alejandra, fue una militante del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), que luego de ser detenida y torturada, colaboró con los servicios de seguridad de la dictadura llegando a convertirse en empleada administrativa de la Dina y de la CNI. Durante los primeros años de la democracia, declaró públicamente el papel que cumplió durante la dictadura y colaboró con la justicia. En 1993 publicó el libro autobiográfico Mi verdad.
4. Discurso fue escrita durante la residencia internacional que realizó en el Royal Court Theatre de Londres, en el 2009.
5. Villa Grimaldi es el nombre con que se conoce el predio donde funcionó el Cuartel Terranova, un centro de secuestro, tortura y exterminio durante los primeros años de la dictadura de Augusto Pinochet. El predio fue adquirido a fines de 1973 por la Dirección de Inteligencia Nacional (Dina) a cargo del coronel del Ejército Manuel Contreras, gracias a las presiones ejercidas contra su dueño, Emilio Vasallo, quien, según testimonios de familiares, se vio obligado a vender la propiedad para proteger a su familia. Entre 1973 y 1978, la Villa fue un eslabón clave dentro de la red de recintos de detención de la dictadura. Al cesar la actividad represiva, el lugar fue abandonado y desmantelado, hasta que a mediados de los años ochenta fue vendido a una sociedad constructora de familiares del último director de la Central Nacional de Informaciones (CNI), Hugo Salas Wenzel, que terminó de demolerlo para levantar ahí un conjunto habitacional. En este contexto, un movimiento ciudadano de agrupaciones de derechos humanos inició una campaña de denuncia y recuperación, con el fin de convertir el sitio en un lugar de memoria (véase Villa Grimaldi).
6. En la casa ubicada en el 38 de la calle Londres, que hasta septiembre de 1973 había sido la sede del Partido Socialista, funcionó desde ese momento el Cuartel Yucatán, el primer centro de tortura que se puso en operación en Santiago de Chile. Hasta donde se ha podido establecer, en Londres 38 la Dina hizo desaparecer o ejecutó a 96 personas entre noviembre de 1973 y agosto de 1974. En 1978, bajo un decreto firmado por el general Augusto Pinochet, la propiedad fue transferida al Instituto O’Higginiano, que ocupó la casa hasta el 2006. Las acciones para su recuperación como lugar de memoria, gracias a la iniciativa del Colectivo Londres 38, comenzaron en el 2005 (véase Londres 38).
7. Entre agosto y noviembre de 1974 funcionó en la actual Casa Memoria José Domingo Cañas 1367, el Cuartel Ollagüe, utilizado por la Dina como centro clandestino de detención y tortura. Durante este breve periodo cerca de cincuenta personas murieron en sesiones de tortura o fueron asesinadas. Más tarde fue utilizada como oficina de la CNI (véase Fundación 1367).
8. Como indica el sitio web de Londres 38, el Instituto O’Higginiano fue «un organismo estrechamente vinculado al Ejército, financiado en aquel entonces y también ahora por el Estado chileno y dirigido, hasta el año 2006, por el general retirado Washington Carrasco, exvicecomandante en jefe del Ejército y ministro de Defensa de Pinochet» (s.f.).
9. En la medida en que una obra como Villa toma como lugar de enunciación la experiencia de la «segunda generación» o de la generación de los hijos de los sobrevivientes de la dictadura, podría ser inscrita en el concepto de posmemoria; es decir, «la experiencia de aquellos que crecen dominados por narrativas que preceden su nacimiento, cuyas propias historias tardías son evacuadas por historias de la generación previa, moldeadas por eventos traumáticos que no pueden ser entendidos o recreados» (Szurmuk 2009, 225-226).
10. Se refiere a la Concertación de Partidos por la Democracia, conglomerado de partidos de centro izquierda que reúne al Partido Socialista, el Partido por la Democracia, el Partido Demócrata Cristiano y el Partido Radical Social Demócrata, y que se mantuvo en el poder durante cuatro gobiernos sucesivos, desde 1990 hasta el 2010.
11. Casi dos meses después de realizar esta entrevista, el 10 de octubre del 2013, en un programa televisivo de CNN Chile, Michelle Bachelet declara haber sido interrogada personalmente por Manuel Contreras desmintiendo así los dichos del exdirector de la Dina, quien había declarado que ella nunca pasó por el centro clandestino de detención emplazado en Villa Grimaldi (véase El Mostrador 2013).
12. Se refiere a la campaña presidencial de Bachelet para las elecciones que tuvieron lugar en noviembre de 2013, unos meses después de que se realizara la presente entrevista y que le dieron el triunfo en segunda vuelta. Así, su segundo gobierno se extiende por el periodo 2014-2018.
13. Luz Arce, exmilitante socialista, publicó el libro El infierno (1993), y María Alicia Uribe fue militante del MIR.
14. Para observar dos visiones del feminismo local sobre las figuras de Luz Arce, véase Eltit 1996 y Richard 1998.
15. Se refiere a la obra Mi vida después, de Lola Arias, estrenada el año 2009.