El Grito
La Curtiduría, Oaxaca, México
www.proyectosparticipativos.com.mx
Por Mónica Castillo
Con exclamaciones como «¡Fuera Peña! ¡La Ibero no te quiere! ¡Se ve, se siente, Peña delincuente! ¡Atenco no se olvida!»1 fue recibido el 12 de mayo del 2012 el can-didato del PRI, Enrique Peña Nieto, en la Universidad Iberoamericana, una de las universidades privadas más prestigiadas de México. Increpado por los estudian-tes sobre los ataques, aprehensiones arbitrarias y acosos sexuales a no menos de diecinueve mujeres, respondió: «[lo] asumo personalmente para restablecer el orden y la paz, en el legítimo derecho que tiene el Estado mexicano de hacer uso de la fuerza pública».
Del suceso en la Ibero surgió el movimiento #YoSoy132, que se expandió con toda velocidad bajo el claro pero acotado concepto de no querer al PRI de vuelta. Las marchas, realizadas en el Distrito Federal y posterior-mente en varias ciudades de la república, se carac-terizaron por un sinfín de manifestaciones artísticas (teatro, danza, acciones de arte). La producción sim-bólica consistió en llevar a cabo de manera espontánea ideas que surgían en las asambleas.
Dentro de este contexto, en el 2012 organizamos con Marcelo Expósito un encuentro de jóvenes activos en luchas sociales en el centro cultural La Curtiduría2 de la ciudad de Oaxaca. Retomamos el encuentro de un año antes, organizado en relación con las Ceaco, para las cuales se invitó a actores del levantamiento del 2006 a dialogar sobre los acontecimientos de ese año.3 En aquella ocasión se encontraron tanto jóvenes activos en las barricadas, como artistas, gestores, periodistas y Flavio Sosa, personaje emblemático y controvertido del levantamiento magisterial.
Encuentro de creación y reflexión El Grito. A-bordando la bandera, 2012. Centro de Oaxaca, 15 y 16 de septiembre. Foto: Mónica Castillo.
Antes del segundo encuentro, viéndonos en pleno movimiento #YoSoy132, pensamos que era perti-nente ampliarlo a un espacio de creación y reflexión en relación con las manifestaciones que se llevaron a cabo durante mayo y agosto del 2012. Tomamos como día referencial el 16 de septiembre, día con-memorativo de la independencia de México. El título del encuentro, El Grito, hace alusión tanto al día de fiesta mexicano (el grito proclamado por el prócer Miguel Hidalgo, que convoca al pueblo a la lucha por la independencia mexicana) como a una cita de John Holloway: «el grito, aquello que nos mueve en común a pesar de nuestras diferencias, lo que nos une en un primer momento para oponernos juntos a una realidad que consideramos insoportable».
El Grito consistió en una estancia de diez días en laciudad de Oaxaca, donde jóvenes provenientes de diferentes luchas y estados de la república tuvieron la oportunidad de presentar y discutir la produc-ción simbólica que realizan dentro de organizaciones y grupos activistas. El grupo estuvo constituido por diseñadores, arquitectos, artistas, investigadores y periodistas, entre otros.4 Al inicio se planteó como un espacio exclusivamente para los jóvenes activos en el 2006, pues los actores de ese año ya habían pasado por la etapa de desencanto, duelo y reconstrucción personal, no así los del movimiento reciente, para los cuales el encuentro se pensó como un espacio de enlace, creación y juego.
En el encuentro se realizaron tres acciones: A-bordando la bandera, Emoccia-Dra y Stickers. Laprimera consistió en una acción llevada a cabo por los participantes del encuentro en varios puntos del centro turístico de la ciudad: bordar sobre banderas mexicanas los nombres de personas muertas, relacio-nadas con los eventos del 2006. Al grupo se unieron transeúntes que retomaron labores que no habían sido terminadas. Paralelamente al bordado se leyeron testi-monios apócrifos sobre víctimas en forma de mic check.5
En esta acción se retoman los nombres de las personas muertas, de las que no se sabe con certeza si todas participaron en el levantamiento o no. Los datos se consiguieron a través de fuentes no oficiales y se deduce que están relacionados con los sucesos. Sobra mencionar que se trata de muertes violentas, todas ellas impunes hasta la fecha. La acción se elabora apos- tando sobre el bordado como labor femenina de memo- ria, mediante la cual se detona la imaginación acerca de la persona fallecida, gracias a la introspección a la que invita la lentitud del bordado letra por letra. La acción hace alusión al bordado tradicional de iniciales sobre pañuelos, donde el soporte se individualiza y a la vez conmemora al ser querido ausente.
La segunda acción, Emoccia-Dra, consistió en evaluar los criterios de «seguridad» de la valla de ingreso al zócalo de Oaxaca (detector de metales, inspección corporal y eventualmente interrogatorio) portando elementos que supusimos la burlaban. Esta acción se llevó a cabo en las horas previas al festejo oficial del 16 de septiembre, fiesta presidida por el gobernador del estado. La acción surge de la memoria de repre- sión, en específico en los hombres jóvenes, que narran detenciones arbitrarias constantes, solamente por tener una apariencia levemente distinta a la aceptada por el statu quo.
La realización de este ejercicio exigió un minucioso estudio de la logística de la fiesta oficial; desde la manera como la gente es aprehendida hasta los lugares de acceso en las calles aledañas al zócalo de la ciudad. Durante la acción se armó toda una red de informantes (participantes del grupo) que observaban los movimien- tos de la policía, quienes, al poco tiempo, empezaron a reportar por radio los pormenores de la acción como una anomalía.
El título de la acción se deriva del hecho de que cada uno de los participantes vestía una camiseta con una letra de la palabra Democracia, la que fue fragmen- tada cuando a tres de los participantes, por razones distintas, se les prohibió el acceso. Una de ellas fue Yasodari Sánchez, quien traía #YoSoy132 escrito en la frente:
En la valla, los policías me pidieron varias veces que me borrara el #132 y yo respondí que no sabía a qué se referían. Un policía me dijo que «me iban a apañar». Crucé la valla de regreso porque no vi a Adrián [camarógrafo 2], y al entrar la segunda vez, me dijeron los policías: «¡Nos estás provocando!». Adentro, los agentes de seguridad y la gente me miraron intensamente y murmuraban entre sí. Me sentí intimidada. Pensé que la leyenda sí era una provocación grande por la coyuntura política.
Emmanuel Santos, otro de los participantes quien se dejó el pelo suelto, que usa largo, relató:
Cuando llegué a la valla estaba nervioso. Me revisaron seguramente por mi aspecto. Dentro del pantalón traía un libro y unas llaves puestas en páginas donde aparecían víctimas del 2006, de la PFP y de Ulises Ruiz de vampiro con colmillos. El detector encontró las llaves y tuvieron que abrir el libro en esa página. Los policías miraron dos veces el libro, uno sugirió que no me dejaran pasar. [...] Tal vez hasta se identificaron con esas imágenes.
191 ERRATA# 13 | DOSSIER Y César González Aguirre, como observador, les dice a los demás:
Oyendo los relatos veo que estaba muy presente el miedo de la revisión. Elena [camarógrafa 1] y yo veíamos todo muy tranquilo. Atrás de mí había dos tipos encubiertos que prontamente empezaron a comentar, refiriéndose a ustedes: «Mira, va saliendo el siguiente». Estaba muy claro que habían entendido cómo era la acción y que todos éramos un grupo.
La tercera acción consistió en el diseño de stickers con los nombres de personas muertas que se asocian a los sucesos del 2006, por una parte, y por otra, para cubrir los nombres de las calles del centro de Oaxaca, nombres típicos de todo centro de ciudad mexicana: Constitución, 5 de mayo, República, Juárez, etc. Así como los letreros originales describen esquinas de las calles, se inventaron ubicaciones como «Democracia esquina con Imposición».
Los pasos a seguir en la producción de las tres acciones, desarrolladas colaborativamente entre docentes y participantes, se condensaron posteriormente en un manual (véase Proyectos participativos 2014). La idea que nos animó a crear en conjunto para una situación concreta fue el poder elaborar y experimentar formas de organización en relación con la creación, así que nos interesaba también poder replicarlas posteriormente con la ayuda de un manual.
Encuentro de creación y reflexión El Grito. Stickers, 2012. Centro de Oaxaca, vallas de seguridad, 15 de septiembre. Foto: Mónica Castillo.
Hay que tomar en cuenta que el levantamiento del 2006 fue reprimido y posteriormente también el movimiento del #YoSoy132,6 y que «Oaxaca 2006» se recuerda como una experiencia de organización ciudadana única por la velocidad con la que creció el movimiento y por la importancia informativa y ritual que adquirie-ron las pintas callejeras.7 Sin embargo, también se recuerda con hartazgo y hasta rechazo por parte de los jóvenes oaxaqueños la comercialización posterior a los sucesos a través de libros de editoriales como Taschen, que publicó fotografías de las pintas y el graffiti callejero anónimo producido en los meses deinsurrección por grupos de jóvenes artistas oaxaque-ños. El hecho de que Marcelo Expósito y yo (artista de la capital) retomáramos, cinco y seis años más tarde, un lugar común, fue tomado inicialmente con cierto escepticismo.
Sin embargo, me parece muy significativo que fuera posible crear un espacio de escucha y réplica con Marcelo y los participantes. Posiblemente el acierto a la hora de imaginar estos encuentros fue pensar los afectos latentes, estructuralmente implicados; pen-sar los mimos como dijera Marcelo en relación con los jóvenes no como algo superfluo, como un derroche innecesario en una «institución», sino como una posibi-lidad para acceder a la memoria y para poder, a través de la creación, revisitar los lugares que quedaron enmarcados dentro del fracaso de los movimientos. Los dos espacios estuvieron tácitamente marcados por las preguntas: ¿Qué pasa después de los suce-sos?, y ¿cómo se pueden crear relatos sin que la idea del fracaso arrase con el deseo?
Encuentro de creación y reflexión El Grito. A-bordando la bandera, 2012. Centro de Oaxaca, 15 y 16 de septiembre. Foto: Mónica Castillo.
El espacio de educación artística permite el plantea-miento y la valoración de este tipo de cuestionamien-tos, que se pueden comprender dentro de un actuar artesanal. Un actuar que instala la escucha, el afecto y la creación colaborativa en lugares vecinos a aque-llos donde se aprendió a acatar y a callarse. Se trata, en cambio, de un espacio que da cabida a la escucha de narrativas personales derivadas de la catástrofe, que relativiza la idea de fracaso, porque visibiliza his-torias de emancipación en luchas diversísimas: desde la construcción de género, el arte, el abandono o la permanencia en las luchas sociales. En relación con el espacio público, este no es realmente un espacio terapéutico sino más bien de creación (artesanal) a través del cual se puedan cuestionar y replantear relaciones con aquel.
Usar el término artesanía aquí no es pensar en una forma o un material establecido (el barro negro de Oaxaca, los bordados del Mezquital, las cajas de Olinalá), sino en una estructura y una cualidad en el tipo de relaciones que se establecen en el proceso de producción. No me refiero a crear referentes de nación u objetos definidos por el consumo turístico, ni a representar grupos étnicos. Se trata, más bien, de una manera de propiciar una continuidad del gesto corporal-afectivo; se busca crear y reconocer ritmos propios, diluir la autoría y propiciar la colec-tividad, entender el conocimiento como bien común compartido. Se pretende derrochar las intuiciones en lo formal para situaciones y contextos (políticos) específicos, y elegir uno mismo los marcos y situa-ciones del espacio público donde se accederá a esta producción. En este sentido, la creación simbólica de un movimiento social está más relacionada con pro-cesos y maneras de distribución artesanales que con los considerados propiamente artísticos.
Encuentro de creación y reflexión El Grito. Stickers, 2012. Centro de Oaxaca, vallas de seguridad, 15 de septiembre. Foto: Mónica Castillo.
sin distinción.8 Los encuentros de La Curtiduría en Oaxaca, al relacionar creación y causa social, estu-vieron traspasados tácita pero obviamente por estos dos conceptos, en el sentido de que Beuys (que a su vez se basa en Rudolf Steiner) ubica el concepto de libertad dentro del espacio de la cul-tura (y la creación) y la igualdad dentro del espacio de la ley. Idear lazos entre estos dos conceptos posibilita una reflexión y problematización de la laxitud del ejercicio democrático en relación con los derechos humanos.
Cuando Beuys dice que el arte es la única forma de revolución posible, se refiere a que la capacidad de pensamiento divergente (o el «senti-pensar», como diría Iván Illich), generalmente asociada a la activi-dad artística, es lo que mantiene a la sociedad en un estado procesual, en un movimiento constante, que produce calor. Esta «cualidad de acción» que emo-ciona más que convence, relacionada con una lucha por los derechos humanos, invita tanto a participar como a replicar.
La creación más relativa en categorías como las del éxito y el fracaso y donde, de entrada, hay una Pareciera que esta forma franca de crear (donde no es necesaria una gran infraestructura y que está ahí para quien desee acceder a ella) se construye sobre dos conceptos básicos de los derechos humanos: la libertad y la igualdad. Según la reflexión de la «plás-tica social», concepto desarrollado por el artista alemán Joseph Beuys, la libertad parte del hecho de poder decidir, en cambio la igualdad se administra a través de la ley y pretende garantizar dignidad sin distinción.8 Los encuentros de La Curtiduría en Oaxaca, al relacionar creación y causa social, estu-vieron traspasados tácita pero obviamente por estos dos conceptos, en el sentido de que Beuys (que a su vez se basa en Rudolf Steiner) ubica el concepto de libertad dentro del espacio de la cul-tura (y la creación) y la igualdad dentro del espacio de la ley. Idear lazos entre estos dos conceptos posibilita una reflexión y problematización de la laxitud del ejercicio democrático en relación con los derechos humanos.
Cuando Beuys dice que el arte es la única forma de revolución posible, se refiere a que la capacidad de pensamiento divergente (o el «senti-pensar», como diría Iván Illich), generalmente asociada a la activi-dad artística, es lo que mantiene a la sociedad en un estado procesual, en un movimiento constante, que produce calor. Esta «cualidad de acción» que emo-ciona más que convence, relacionada con una lucha por los derechos humanos, invita tanto a participar como a replicar.
La creación más relativa en categorías como las del éxito y el fracaso y donde, de entrada, hay una apuesta sobre los sentidos puede que sea en sí misma un soporte importante en relación con una acti-vidad como la lucha social, tradicionalmente asociada con ambiciones inmensas y criterios tajantes en rela-ción con el éxito y fracaso, lo deseable y lo repro-chable. John Jordan, artista-activista inglés, plantea en contraste con las estrategias publicitarias capi-talistas, cooptadoras de todo deseo, que deberíamos pensar la lucha social-creadora como algo irresistible en comparación con el consumo: como la forma gozosa de estar en el mundo. Contrapunto casi idílico pero importante a tener en mente y a trabajar artesanal-mente en nuestras latitudes latinoamericanas, viendo las constantes violaciones a los derechos humanos que acompañan los movimientos sociales.
Referencias
Aquino, Arnulfo. 2010. Imágenes de rebelión y resistencia. Oaxaca 2006. México, D.F.: Conaculta, InstitutoNacional de Bellas Artes.
Arte Jaguar: www.coleccion-abierta.mx/oax/arte-jaguar/ Asamblea de Artistas Revolucionarios de Oaxaca (Asaro).
Sobre Atenco: <http://www.adnpolitico.com/ opinion/2012/05/13/6-anos-del-dia-mas-negro-de-atenco-al-dia-mas-negro-de-pena>, consultado el 8 de agosto del 2014
Lapiztola: www.coleccion-abierta.mx/oax/lapiztola/ Noticias TVCn. 2012. «Increpan a Peña Nieto en la Ibero». Disponible en: <https://www.youtube.com/ watch?v=s7VYgsVnHi4>, consultado el 8 de agosto del 2014.
Proyectos Participativos: www.proyectosparticipativos. com.mx
Ruko. 2010. «Arte y movimiento en las calles de Oaxaca», en: Desinformémonos. Periodismo de abajo, entrada de julio 1o. Disponible en: <http://desinformemonos. org/2010/07/arte-y-movimiento-en-las-calles-de-oaxaca/>, consultado el 8 de agosto del 2014.
1. Las violaciones a los derechos humanos en 2006 en San Salvador Atenco, estado de México, sucedieron durante el intento de expropiar terrenos ejidales de la zona para llevar a cabo la privatización más grande del sexenio del presidente Vicente Fox. En ese entonces, Enrique Peña Nieto, actual pre-sidente mexicano, era gobernador de dicho estado.
2. Originalmente el taller del artista oaxaqueño Demián Flores, La Curtiduría, consistió en un taller de gráfica (Taga) y en las Clínicas de Especialización en Arte Contemporáneo (Ceaco), un programa que recibe a todo joven interesado en operar con estrategias del arte contemporáneo en la creación visual. En el 2006, La Curtiduría funge como primer espacio de reunión ciudadana que participa en el levantamiento, con el objetivo de defender los derechos humanos.
3. Oaxaca tiene una fuerte tradición en organiza-ción comunitaria que fue claramente visible en el emblemático levantamiento del 2006, comenzado por las organizaciones magisteriales oaxaqueñas. Rápidamente contagiaron a amplios sectores de la ciudadanía con quienes tenían en común el des-contento con el gobierno. En cuestión de semanas, la ciudada-nía se articuló en todo tipo de organizaciones, teniendo como objetivo común la destitución del entonces gobernador del PRI, Ulises Ruiz.
4. Los participantes del encuentro fueron: Adrián López, Luis Ortiz, Beatriz Rivas, Emmanuel Santos, Rocío Cárdenas, Francisco Javier Morales, Tania Bohórquez, Alejandro García, Miguel Sánchez, Irak Morales, Yasodari Sánchez, Alfredo Márquez, Jesús Flores, Adriana de la Rosa, Julio Villavicencio, César Gonzáles, Harry Aemebe, Teresa Longín, Ramón Llaven. Video: Elena Pardo. Coordinación: Marcelo Expósito y Mónica Castillo.
5. El sistema utilizado en Occupy Wall Street, en Nueva York, de repetir a voces los testimonios individuales sin el uso de amplificadores electrónicos, se conoce bajo el nombre de mic check. Felicitas Martínez Sánchez y Teresa Bautista Flores, dos reporteras comunitarias que fueron luego asesinadas en San Juan Copala, declararon entonces para la radio 94.9 La voz que rompe el silencio: «Algunas personas piensan que somos muy jóvenes para saber, deberían saber que somos muy jóvenes para morir». También se leyó una lista de muertos: «En el conflicto del 2006, José Alberto López Bernal fue asesinado en Oaxaca, Abad Claudio López fue asesinado, murió en el 2006 en el estado de Oaxaca, Pedro Martínez murió en el 2006 en una barricada en el centro de Oaxaca, Gabriel Alberto Cruz Sánchez murió en el 2007. Era maestro, fue secuestrado y desaparecido» (Proyectos Participativos).
6. A pesar de la organización masiva no se logró des-tituir al entonces gobernador Ulises Ruiz, y el levantamiento se reprimió con la entrada de la Marina en la ciudad de Oaxaca. Asimismo, el 1 de diciembre del 2012, día de la toma de pose-sión del actual presidente, Enrique Peña Nieto, hubo detencio-nes arbitrarias de ciudadanos en las calles del centro del D.F. Si bien en septiembre del mismo año, cuando se llevó a cabo El Grito, no había sucedido la toma de posesión, sí se sabían los resultados de las elecciones y era claro el regreso del PRI y, por ende, de la represión.
7. Las pintas se usaban como información para la pobla-ción, como talismanes en la lucha de ese día (pedidos directa-mente por los que estaban en las barricadas), y hubo un sinfín de creaciones de protesta antes y después.
8. El concepto de la plástica social fue desarrollado por Joseph Beuys y un sinfín de interlocutores en la Acade-mia Estatal de Düsseldorf, a través de la metodología de los «círculos de discusión». Si bien el contexto alemán de los años sesenta es radicalmente distinto al latinoamericano actual, hay en la plástica social ciertos conceptos a rescatar, como la ampliación del concepto del arte (erweiterter Kunstbegriff) y en especial el de la libertad, en donde hila más bien asocia-tivamente la relación de la creación y derechos humanos. Por ejemplo, cuando plantea la fraternidad como el máximo estado de libertad (estado al que se llega por convicción, no por una regla social), Beuys apela a entenderlo de una forma intuitiva, a través de la imaginación de lo que aquello podría ser, que a verlo como la conclusión de un pensamiento lógico-deductivo inapelable. Beuys usa estos términos problemáticos no para que sean incorporados, sino para incomodar y provocar su discusión (precisamente por ser problemáticos) y, por ende, para la toma de postura al respecto. Tomar postura cobra para él el carác-ter de un proceso plástico (un cuestionamiento constante, algo que está en movimiento), no escultórico (una asunción sin problematización, algo que quedó rígido).