DEVENIRES PERSONALES Y COLECTIVOS EN EL ARTIVISMO FEMINISTA. DE MALIGNAS INFLUENCIAS A ABORTO CRÓNICO (2004-2017)
Estas son algunas reflexiones de mi devenir individual y colectivo en el pensar y el quehacer del arte feminista desde los extremos de América Latina: Chile y México. A través de la crónica autobiográfica, contextualizo un salto cualitativo en mis procesos creativos colectivos-personales a partir del ensayo escritural a la performatividad del texto, el video, la instalación, la fotoperformance, la performance y del transformar la rabia en alegría a través de la fiesta feminista.
Es curioso que en la obra de las artistas feministas y en la performance narrar la experiencia desde la autobiografía sea un tópico tan recurrente. Asimismo existen paralelos entre el o la artista de performance y quien escribe una autobiografía, pues ambxs nos volvemos el lugar del significado, el o la productor/a de sentido y el o la organizador/a del conocimiento. Esto confirma una de mis premisas sobre el arte feminista respecto al potencial de performatividad en la mayoría de sus propuestas político-estéticas.
Malignas Influencias en la ciudad de la furia 1
En el 2004 conformamos la colectiva Malignas Influencias2 con la fotógrafa Zaida González y la escultora Jessica Torres. Posteriormente, en el 2006, se sumó la bailarina y coreógrafa Paula Moraga. Desde el inicio fue un largo proyecto de investigación y creación artística que pretendió abordar y afrontar la violencia hacia las mujeres para buscar cómo enfrentar soluciones para el gran cambio cultural haciendo llamados de atención, desde la ironía y la parodia, principalmente. Nuestra primera acción fue materializar una idea que me rondaba por la cabeza, y que se trasformó en ensayo, respecto a los cinturones de castidad. No solo me provocaban como objeto, sino también señalaban el significado que yo cargaba desde sus diferentes usos o, más bien dicho, las condenas de su utilización. De ahí nació el ensayo ilustrado y performativo llamado Cinturón de castidad. Prótesis en las mentalidades de las mujeres latinoamericanas (disponible en la web de la colectiva), que en rigor hablaba sobre la violencia implantada en los cuerpos desde la Colonia, violencia que se ha perpetuado en las censuras y autocensuras de los cuerpos y las mentalidades. El ensayo fue justamente una propuesta que invitaba a romper con esas prótesis. En este proyecto inicial de la colectiva usé un cinturón de castidad que realizamos en fierro forjado. Además, hicimos una fotonovela3 que acompaña al texto. Pregonaba la reflexión en torno a una ética del placer que nos permitiera reapropiarnos de nuestros cuerpos.
El nombre Malignas Influencias lo tomamos del cruce con una colega historiadora, Carla Rivera, quien en una investigación sobre asesinas se encontró el relato de un abogado que inculpaba a las «malignas influencias del feminismo» como las causantes del acto homicida de una mujer contra su marido golpeador a finales del siglo XIX en Chile. Así, este nombre corresponde a los imaginarios culturales que se han construido a partir de las experiencias de las mujeres que se rebelan contra las convenciones sociales que limitaban sus vidas, nombres y apellidos reservados a las feministas, junto a otros apelativos «despectivos», creyendo que nos insultan cuando nos dicen «lesbianas locas», «putas» o «histéricas».
Las investigaciones para la creación de nuestras piezas no fueron solo teóricas, sino también prácticas, principalmente cualitativas. Usamos herramientas como la encuesta para levantar información. Nuestra propuesta teórica visual y política estética consistió en resignificar la metonimia existente en los aparatos de tortura y vergüenza pública coloniales como prótesis mentales de censura y autocensura, para transformarlos en dispositivos que sirvieran para el placer y la autodefensa.
El cuerpo nos interesó en tanto soporte de la autorrepresentación y herramienta de expresión de cómo tenemos y somos cuerpos creados por una concepción mezquina, desigual y censuradora, que nos violenta y configura mentalidades como cinturones de castidad que autocensuran nuestras acciones. Pero tal violencia podemos resignificarla, y es ahí donde está la tensión que invitábamos a desanudar: el placer y el autoplacer, la violencia y la autodefensa, ecuaciones que deberían plasmar el cuerpo del cual nos reapropiamos, en que nos empoderamos, o sea, del cuerpo que queremos, somos y tenemos. Con esto dejamos en claro que desde esa pertenencia se nos reprime, por lo tanto, es justamente el lugar que se debe subvertir.
La experiencia fue la fuente de donde bebimos las Malignas Influencias. En la encuesta consultamos sobre violencia y placer a más de doscientas mujeres que transitaron durante los sábados del mes de julio del año 2006 por las afueras del Museo Histórico Nacional ubicado en la Plaza de Armas de Santiago. Este primer levantamiento de experiencias, junto a las nuestras, nos sirvió para realizar una muestra homónima a la colectiva durante 2007 en dicho museo. Esta información fue un material de constante revisión y consulta para nosotras. Las encuestadas respondieron a dos preguntas con respecto al placer y dos sobre la violencia contra las mujeres. Sus respuestas fueron depositadas en un buzón que habilitamos para la ocasión. Además, recibimos encuestas por correo electrónico. La encuesta se aplicó a mujeres de diferentes edades, no solo chilenas, ya que muchas migrantes peruanas y colombianas, entre otras, visitaron el museo y/o transitaron por esa acera. En general muy pocas se negaron a contestarla después de señalarles quiénes éramos y que sus respuestas secretas serían parte de una exposición gratuita a inaugurar el 8 de marzo de ese año en el patio central del museo.
La mayoría de las preguntas fueron de desarrollo. Dos se orientaron con respecto al placer y otras dos, con respecto a violencia. La primera pregunta sobre violencia decía: «¿Has sido víctima de violencia solo por el hecho de ser mujer?». Para esta pregunta no solo dimos el espacio para el desarrollo de su respuesta, sino que además dimos opciones para quienes no entendieran o no se atrevieran a contestar a pesar del anonimato. Por ejemplo, escribimos: «Te han acosado sexualmente», «Has recibido algún agarrón en la calle», «Te ofende que te digan piropos en la calle», «Te ha golpeado alguna pareja», «Has sido víctima de violación», y como última pregunta abierta se leía: «¿Qué crees que deberíamos hacer las mujeres para protegernos o defendernos?». La mayoría de las respuestas apelaban a una mayor solidaridad entre nosotras, a través de organizaciones separatistas, es decir solo de mujeres, y no todas interpelaban al Estado para su organización. Otra respuesta reiterada a esta pregunta fue la autodefensa, especialmente en la necesidad de dar enseñanza de técnicas de autodefensa, tanto física, como las artes marciales, como de empoderamiento, como el fortalecimiento de la dignidad.
Todas las respuestas dieron pie para las creaciones y recreaciones que constituyeron la instalación de la muestra. Por ejemplo, a partir de las respuestas sobre los agarrones en la calle salió la idea del Corpiño antiagarrones, que se pensó y materializó como un aparato de autodefensa que da una descarga de corriente a quien ose tocar los senos de quien lo lleve puesto, especialmente pensado para las horas pico del transporte público. También los Columpios del placer, columpios vibradores que nacieron en respuesta a una de las preguntas sobre el placer que decía: «¿Cómo te relacionas con el placer, haciendo qué, por ejemplo?». A esta pregunta muchas respondieron que sintiendo cosquillas en sus genitales.
Asimismo, en el desarrollo del proyecto, realicé entrevistas a las amigas que nos colaboraron como modelos de las series fotográficas, ya que pensé que era importante recoger esas experiencias que las sometían literalmente a ser expuestas y, además, con un dato no menor, de usar voluntariamente algún aparato de tortura y vergüenza pública, de los que conformaban la muestra. Por ejemplo, a una de ellas, que participó de la serie La liberación, se le consultó: «A partir del título, ¿podrías relacionar algún aspecto de tu vida con ello?». A lo que nos respondió que sí, puesto que por ese momento ella estaba algo atormentada por contarle a su madre que era lesbiana y no se atrevía a abordar el tema. Tras esa experiencia de exponerse semidesnuda, además de la temática lésbica que tenía esa serie, más aún sabiendo que la vería mucha gente, se atrevió y le contó a su madre, quien afortunadamente tuvo muy buena recepción. Algo similar nos pasó al consultarle a la modelo de la serie La autoflagelación. A ella se le pidió que en la sesión fotográfica usara el cepo «el violín de las comadres» como quisiera. Ella lo asumió con poses durísimas y autoflagelantes, debido a eso le pusimos el nombre a la serie. Posteriormente a la muestra, ella no quiso que se mostraran más sus fotos. En la entrevista respondió que le había dado mucho pudor verse a sí misma, y reconoció que el nombre de la serie la identificaba mucho porque se había construido una vida donde el sacrificio era un motor que inconscientemente la movía, y se había dado cuenta de que era un antivalor. Estas experiencias nos motivaron más a seguir trabajando en estas líneas de investigación y creación como actos psicomágicos sanadores, cuestionadores de nuestras realidades, que podríamos llamar creacción.
Con todo, la muestra «Malignas influencias» consistió en una gran instalación compuesta por series de fotonovelas, por los Columpios del placer y por recreaciones de los «violines de las comadres» (cepos de tortura y de vergüenza pública medievales, de importación colonial para el caso americano, especialmente diseñados para las mujeres acusadas de chismosas o habladoras). También los violines de las comadres se utilizaron en la Colonia para castigar a las mujeres que se atrevían a contestar algún regaño de sus padres, hermanos mayores o su cura confesor, quienes las condenaban a cargar con estos instrumentos de tortura (individual o doble) por las calles de la ciudad.
La instalación fue emplazada en el patio central del Museo Histórico Nacional, uno de los pocos edificios coloniales que se pueden encontrar aún en el centro de Santiago. Este inmueble albergó a la Real Audiencia, el organismo que administraba la justicia colonial.
Significativamente se encuentra frente a la Plaza de Armas de Santiago, principal escenario de la concurrencia citadina y espacio para el ajusticiamiento y los escarnios públicos de las y los habitantes que desafiaron las leyes coloniales. También fue punto neurálgico de protesta contra la dictadura de Pinochet. Con todo, un gran espacio que carga de un mayor sentido a la obra de la colectiva. (Malignas influencias; Antivilo 2015, 197-201).
Otra performance que realizamos ese mismo año fue Santiago-Buenos Aires. Bitácora visual. Performance de larga duración con la que asistimos al VI Encuentro Corpolíticas en las Américas, Formaciones de Raza y Género, organizado por el Instituto Hemisférico de Performance y Política de la Universidad de Nueva York, evento realizado en Buenos Aires en junio del 2007. La acción la asumimos Jessica Torres y yo. La performance consistió en viajar por tierra «haciendo dedo» o «de aventones» desde Santiago hasta Buenos Aires. El objetivo fue profundizar la línea de investigación sobre la violencia contra las mujeres poniendo a prueba los consejos y mitos en torno al autocuidado y las posibilidades de ser víctimas de violencia si una se «expone» a esta práctica viajera. Nuestra apuesta fue que no es necesaria esa «pseudoexposición» para ser violentadas, sino que esa probabilidad existe —o resulta más eventual encontrarla— en los espacios cotidianos, como la casa o en el tránsito del trabajo a la casa. Igualmente tomamos medidas de protección: registramos todo en video con una cámara escondida y cargábamos un arma de electrochoque. Los resultados quedaron grabados en un video que editamos al finalizar el viaje.
Dimos una conferencia performanceada en el Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires, como cierre a la performance de larga duración que inició cruzando la Cordillera de los Andes. Ironizamos con la figura de las académicas conferencistas, yo disfrazada de fauna y Jessica apresada en el violín de las comadres. Leí «Cuerpo y mujer, violencia y placer [no piensen que esto se trata de sadomasoquismo, por favor]. Tránsitos de Malignas Influencias» 4. La lectura de la conferencia tuvo varias intervenciones performáticas como, por ejemplo, cuando intervenía Jessica con sus silencios abrumadores que decían explícitamente lo cansada que estaba por la tediosa lectura, la pérdida de las hojas del texto y el darle de beber agua a ella en el cepo. Una acción determinante fue cuando declamé, como consigna, la invitación a romper con todas las prótesis de censuras y autocensuras de nuestras mentalidades, o sea, nuestros cinturones de castidad. En ese momento salí de la mesa y en el escenario me saqué el cinturón de castidad que llevaba debajo del pantalón de fauna, liberé a mi comadre del cepo y volvimos a la lectura. Después del texto vimos el video del viaje, y se contestaron preguntas. También se hizo la demostración al público del Corpiño antiagarrones, en la cual mentí sobre la potencia de su descarga eléctrica, diciendo que estaba en su mínima potencia. Un osado voluntario del público, que se fue con todo a darme un buen agarrón de tetas, se llevó una gran sorpresa con la descarga eléctrica que le di, pues el dispositivo no tiene cómo regular la potencia.
Un par de meses después de esta acción nos enteramos de una noticia lamentable. En una performance similar a la que acabo de comentar, dos artistas italianas, Pippa Bacca (Giuseppina Pasqualino di Marineo) y Silvia Moro, vestidas de novia, pedían que los automovilistas las llevaran para viajar desde Italia hasta Tierra Santa como acto de unión entre todos los pueblos que visitarían como un mensaje de paz, en una alegoría del matrimonio entre diferentes pueblos y naciones. La acción no llegó a término y no corrieron la misma suerte que nosotras. Al separarse en Estambul, Pippa Bacca fue violada y asesinada por un hombre que la llevó en su auto. Su cuerpo fue hallado el 11 de abril de 2008 a unos kilómetros de la ciudad. Ella había dejado de dar noticias el 31 de marzo (pippabacca.it). Tras esta terrible noticia decidimos que nunca más nos plantearíamos hipótesis de trabajo tan frágiles.
En las acciones de las Malignas Influencias creímos en el arte como un medio pedagógicamente efectivo para crear conciencia feminista en la calle, en el centro cultural, en la galería y en el museo. Trabajamos desde el riesgo, no solo porque reprodujimos aparatos de tortura o vergüenza pública coloniales, sino porque siempre es arriesgado volver a violentar cuando abordas la violencia. Siempre tuvimos la certeza de que no la autorrepresentaríamos desde el dolor, solo desde su simulacro y usando herramientas críticas como la ironía o la parodia.
Colectiva Rita Lazo 5. Las zorritas por la educación gratuita y no sexista
El 2011, junto a la performancera pornoterrorista, poeta y filósofa argentina Leonor Silvestri, la artista visual Vivian Álvarez, la pintora Jessica Sagredo, la cantante Paulina Villacura, las diseñadoras y vestuaristas Carolina Nicoletti y Carolina de María, la poeta y fotógrafa Paulina González y la psicóloga Leonor Espinoza fundamos la Colectiva Rita Lazo 6, la última en integrarse fue la performancera Irina la Loca.
En nuestra conformación como colectiva, manifestamos:
Manifiesto de declaración de principios de la colectiva Rita Lazo con toda el zorraund y los terribles de poderos pawueres
No abanderamos el pulso de las modas. No hacemos mérito para alcanzar la gloria. No somos líderes de un nuevo movimiento ni un buen ejemplo para el comportamiento. Si algo somos, es la escoria que te ataca por detrás, el desecho de estos tiempos, los efectos que el Poder no puede controlar, inmensa minoría echada al fuego. Si algo somos es el ruido de metralla y la capucha oscura antes de arrojar la bomba. Somos las que acaban por los suelos, las que estorban a sus familias con tanto exceso.
A nuestra orgía asisten las más feas, las más viejas, las camionas y las bombero, las que el psicólogo redujo a «histérica», las proletarias y excluidas del mercado de «las buenas», «las madres», «las novias», las que nunca podrán tener un novio publicista, las que nunca se quejan pero siempre protestan, las no deseadas, las chuecas y torcidas, las contramalhechas, las demasiado bajas, gordas, flacas, altas, putas o esperpénticas, las confundidas con hombres por masculinas y violentas.
Olemos mal, y no nos gustan los ramos de flores, los vestidos de novia, ni los regalos de bodas. Nos gusta cuando nos dicen putita o zorra, cuando se nos moja el chochito, cuando nos rajamos un pedo. Nos importan más nuestras amigas que los varones. Somos brutales, mal depiladas y ruidosas, algo se rompe por donde pasan nuestras nalgas. Nuestros labios están demasiado rojos, suelen querer encerrarnos para domesticarnos, porque damos miedo pero nos dicen «pena». Nuestra piel no es tersa, no huele a perfumería, nadie tenemos que nos proteja excepto nosotras mismas. Nos gusta beber en los bares hasta caer al suelo, y no sabemos guardar las apariencias. Nuestros amigos no tienen ganas ni saben cómo protegernos; son varones que lloran con facilidad, para nada ambiciosos ni competitivos. Nuestros amigos tienen penes pequeños, tímidos y vulnerables, prefieren ocuparse de la casa que ir a trabajar, delicados, calvos y demasiado pobres como para gustar a las mujeres que quieren ser protegidas por un hombre que las mantenga, disfrutan cuando les damos por el culo cuando por las noches tienen miedo al estar solos.
Perdidas, folladas y follantes. Locas supremas sin profesión.
Pavimentamos a costa de patadas y escupos, y con uñas cortas rascamos y arañamos, mordemos y chupamos, gritamos y golpeamos la mesa. Paramos la olla...
Somos nada, ninguneadas, políticas de conversación, venimos de revoluciones mal paridas.
En la okupa. En la orgía. En la revuelta. En el tren o el pueblo ocupado. Nos volvemos a encontrar. Nos volvemos a encontrar como singularidades cualesquiera. Esto es, no sobre la base de una común pertenencia, sino de una común presencia.
Fuimos un grupo interdisciplinario que hizo presencia performática en muchas de las marchas en defensa de la educación pública en las calles de Santiago. Además, dimos talleres sobre género, sexualidad y arte activista en varios liceos que se encontraban tomados por lxs estudiantes. También organizamos fiestas para financiar la toma del Liceo Experimental Artístico, a quienes amadrinamos desde que nos enteramos de la crítica situación estructural que, a más de un año del terremoto del 2010, vivía ese establecimiento educacional, donde igual seguían dando clases. Por ello, lxs estudiantes se tomaron el liceo por más de nueve meses, e inclusive se sumaron a la huelga de hambre, junto con otros liceos del país, tanto por sus necesidades específicas de infraestructura, como por la incorporación de lxs estudiantes secundarixs en la mesa de diálogo con el gobierno en la lucha por la educación gratuita. La huelga de hambre duró 72 días, se acabó por las amenazas del Estado contra lxs apoderadxs de lxs estudiantes en huelga, quienes iban a de ser detenidxs por negligencia en su cuidado. Todxs eran menores de edad y fueron ingresadxs en el hospital a la fuerza por la Policía.
Las fiestas que organizamos activaron la escena capitalina nocturna del underground nacional. La primera fue parte de otra serie de acciones, Mes de la Puta Patria, que consistía en talleres, «estencileadas» y la participación en las marchas que nos activaron en septiembre del año 2011. Otra de las acciones fue imprimir un sello y marcar todo el dinero que ganamos en los eventos, además de cualquier cosa a nuestro paso, con el lema PUTA PATRIA. Fuimos parte del llamado de la Marcha de las Putas Internacional, que localmente llamamos la Marcha de las Maracas, y que realizamos el 19 de septiembre, Día de las Glorias del Ejército, que es un desfile de las Fuerzas Armadas llamado Parada Militar. Así, como contraparada militar, marchamos por el centro de la ciudad y fuimos dispersadas violentamente por la Policía.
Continuamos nuestras acciones mensuales y entre noviembre y diciembre inauguramos el Mes de la Inmaculiada Puta Madre, ironizando con la celebración de la Iglesia católica conocida como el Mes de María. Seguimos con la dinámica de talleres, presentaciones en eventos culturales, performances y fiestas, esta vez no solo en Santiago, sino también en Valparaíso, Temuco y Valdivia.
Las Rita Lazo tuvimos bastante presencia en las redes sociales a través de un grupo de Facebook que estuvo muy activo durante el intenso año que duró la colectiva. Este grupo aún existe y cuenta con más de seiscientos miembrxs.
De las Rita Lazo destacaré la ironía, el sarcasmo y el posporno feminista como herramientas críticas que nos caracterizaron en la mayoría de nuestras intervenciones en las marchas por la lucha por la educación gratuita y no sexista, que comenzaron a desbordar las calles del país y hacerse cada vez más constantes y masivas hasta el día de hoy.
Devenir mapuchilanga
Mapuchilanga es el apodo con el cual me ha bautizado mi madrina, Guillermo Gómez-Peña, que habla de mi ser originario mapuche y mi residencia chilanga. En este devenir por Ciudad de México he sido parte del Taller de Arte y Género, dirigido por Mónica Mayer y el Grupo Memora, que activó el archivo de Ana Victoria Jiménez, que es el archivo más importante sobre movimientos de mujeres y feministas de México, albergado por la Universidad Iberoamericana desde el año 2011. También conformé el Taller de Activismo y Arte Feminista (TAAF), de igual forma convocado por Mónica.
En el TAAF, a mediados del mes de abril del año 2012, comenzamos a trabajar sobre las maternidades, con la perspectiva de realizar una manifestación callejera sobre esta institución patriarcal llamada MADRE, sobre la que, como feministas y artistas, tenemos muchas críticas, reivindicaciones, rabias, experiencias, deseos, entre otros padeceres y sentires. En el intento de resumir todo ello en una consigna, surgió la frase/pregunta «Una maternidad secuestrada es», que acuñamos para hablar de diversos problemas sociales, legales y culturales en torno a la maternidad.
Como buenas tejedoras de rebeldías, fuimos a varias redes para urdir el evento/protesta. Y como buenas gozadoras comenzamos con varias cenas, cada una con una especificidad que nos convocaba en torno a la maternidad. Las invitadas fueron cercanas, conocidas y amigxs que tenían una visión o reflexión sobre cada una de las ideas de maternidades que nos interpelaban. Mónica Mayer organizó una cena con las activistas. Liliana Marín invitó a sus alumnxs. Liz Misterio se reunió con sus amigas que querían postergar la maternidad por diferentes razones. Josefina Alcázar invitó a las mujeres de su familia. Mirna Roldán le brindó una cena/spa a su madre. Elizabeth Casasola realizó un encuentro físico y virtual con amigas y compañerxs de su universidad. Por mi parte, convoqué a una cena que llamamos Madrescombro, que reunía a lxs que no queremos ser madres biológicas, pero que sin embargo, e ironizando con nuestras experiencias del cuidado de lxs otrxs, nos hemos hecho y/o hacemos cargo de los escombros de las maternidades, vale decir de lxs desamparadxs cercanxs o lejanxs, llámense sobrinxs, hijxs de amigxs, abuelxs, madres, padres, hermanxs, viejxs solxs y parejas adoptadxs como que fueran hijxs, perrxs, gatxs y cuantx desvalidxs vamos encontrando a nuestro paso.
La Protesta del Día Después fue la idea para culminar este proceso que, más que cerrar, dejó abierto un espacio de reactivación de la reflexión y acción en torno a las maternidades y el cuestionamiento de la celebración del Día de la Madre que, particularmente en México, más que un evento comercial es casi un día libre para las madres que trabajan fuera y dentro de la casa.
Vistiendo el arquetipo de las diferentes maternidades que fuimos encontrando y encontrándonos en ellas, surgió la idea de llevar mandiles impresos con «No a las maternidades secuestradas» para ir todas al Zócalo simulando estar embarazadas y emplazar nuestra protesta frente a la Catedral, con el fin de devolverle a la Iglesia católica toda la responsabilidad que tiene en la construcción del ideal de madre que nos reviste de una condición irrenunciable de abnegación, entrega total y castidad, o sea, de la encarnación del marianismo. Como eran tantas nuestras demandas y las que nos hicieron llegar a través de Twitter y Facebook, se imprimieron carteles que por un lado tenían la frase/pregunta «Una maternidad secuestrada es:», con el fin de que las personas pudiesen escribir sus propias reflexiones. Como pescadoras de redes profundas, las redes sociales nos brindaron miles de lemas que transformamos en pancartas que desfilaron en la Protesta del Día Después7.
De norte a sur y de sur a norte
Cuando en 2013 regresé a $hile para doctorarme, me quedé varios meses en los cuales formé parte de tres colectivas. La primera fue Oxicorte y Confección de Memoria, grupo interdisciplinario que trabajaba, en el marco de la conmemoración de los cuarenta años del golpe de Estado, un proyecto documental sobre homenajes artísticos culturales a mujeres de la resistencia y asesinadas por la dictadura de Pinochet. Hicimos una romería con sahumeadoras, intervenciones de performance, danza y música desde el Memorial de lxs Detenidxs Desaparecidxs hasta la tumba de Paulina Aguirre, joven militante del MIR asesinada por agentes de la dictadura de Pinochet en Santiago en 1985.
Este mismo año conformé con el poeta y performancero Cristian Condemarzo el dúo performático Canción de la Nueva Trava. Transformando las letras de canciones populares a nuestro acomodo, hicimos una crítica ácida y divertida del acontecer nacional. Fueron coreadas canciones como la subversión del tango «Los mareados» por «Los apitutados», nombre vulgar con que en Chile se conoce al nepotismo en el trabajo. Esta interpretación tanguera performática cantada a dos voces, criticaba principalmente a los fondos del gobierno destinados a la cultura. Este matrimonio performativo que tuve con Condemarzo fue muy productivo y realizamos varios eventos para autofinanciarnos la vida. Por ejemplo, los Perfomambos, que fueron festivos encuentros nocturnos animados con performances de la banda underground santiaguina. Compartimos escenario con Hija de Perra, Irina la Loca, Eli Neira, Paulina Villacura y Huachistáculo, entre muchxs más.
Sin duda, la performance más inolvidable que hicimos fue la de la marcha de conmemoración de los cuarenta años del golpe de Estado de Pinochet. Inolvidable por toda la producción que nos ocupó y por como acabó. La llamamos Muera la Ley 8, nuestra propia versión de la canción «Muera el amor», de Rocío Jurado. En parte iba así:
Muera la ley,
que dice que engaña, que apresa, que pesa,
que muera la ley,
que queda, que pasa, que pisa, que mata,
que muera la ley,
que miente, promete/ y no se apiada de ti.
Muera la ley,
que dispara, que roba, que arrasa, que pasa,
que muera la ley,
que mata, que asusta, que gasta y desgasta,
que muera la ley
que mancha, que borra, censura/ no te hace feliz.
Hinzpeter, Longueira,
que meten su violencia por mis venas.
Represión a flor de piel
que mata dentro del cuartel.
Represión sin preguntas, sin peros,
que mata en la calle también…
La canción estaba dedicada a dos leyes que asolaban la realidad nacional bajo el gobierno de derecha del rico empresario Sebastián Piñera. La Ley Hinzpeter, dictada por el ministro del Interior de quien llevaba su apellido y que decretaba la ilegalidad de la protesta social. La otra, la Ley Longueira o Ley de Pesca, fue promulgada por el ministro de Economía (exministro de Pinochet), de la cual toma uno de sus nombres. Esta ley repartió la explotación del mar chileno a las siete familias más ricas del país, tomando el control de la extracción y explotación de labores marítimas solo a estos empresarios, dejando sin sustento a miles de pescadores a lo largo del país.
El ambiente que envolvió la performance fue muy tenso. La presión policial en toda la marcha era durísima. Comenzamos extendiendo en el piso, como una gran alfombra, el logo del gobierno, que nos sirvió de escenario. Seguimos con la declamación de Condemarzo de su poema «Hay que quemarlo todo!!». Posteriormente encarné el azul de la Constitución de 1980, reglamento de Pinochet que hasta el día de hoy permanece intacto, sin modificaciones y continúa rigiendo el país. Con ella en la mano intervengo con la canción «Muera la Ley», mientras Condemarzo comienza a desnudarse y desfallecer, ofreciendo su cuerpo como lienzo para que los asistentes escribieran en él lo que pensaban sobre estas leyes y sobre los cuarenta años desde el golpe militar. Participaron muchas personas que pasaban y otras se quedaron hasta el final de la acción. El término estuvo arrollador. Era tan tensa la situación que le dije a Condemarzo que nos retiráramos rápido, y en ese mismo momento, veo que viene sobre mi rostro una bomba lacrimógena que esquivo, y caigo. Quedamos envueltxs en una nube tóxica de la cual me sacó una amiga que se devolvió a recogerme tras la arremetida de la Policía, que no solo nos atacó con bombas, sino también me baleó las piernas con balines de goma.
Paralelamente, con Paulina Villacura, cantante y ex Rita Lazo, conformamos ese año el dúo de cantoras Las Mochileras del Ritmo. Juntas nos dedicamos a cantar en el transporte público de Santiago acompañadas de nuestras mochilas equipadas con amplificación y micrófonos que se fabrican en México. Acto de supervivencia artística que compartimos un par de veces con Irina la Loca (otra ex Rita Lazo), quien nos acompañó llevando el ritmo con un par de huevitos musicales entre sus tetas. Nuestros grandes hits fueron canciones populares a las cuales les cambiamos algunas palabras o versos para hacer nuestra interpretación feminista. Por ejemplo, el éxito que popularizó Luz Casal, un clásico bolero llamado «Piensa en mí», nosotras lo cantábamos como «Pienso en mí». Risas, colaboración voluntaria de dinero, aplausos, felicitaciones y consejos, como que por qué mejor no le cantamos al Señor, recibimos en nuestros recorridos en el transporte público santiaguino.
La situación de seguridad y económica en $hile me hizo tomar la decisión nuevamente de autoexiliarme en México. Sin dudas no es el mejor país para hacer activismo, y menos feminista, pero tengo una red sólida de complicidades y quereres que respaldaban mi determinación. A mi regreso, nuevamente y como siempre, la Ciudad de México me come, me atrapa, me conmociona. Así me pasó con el caso de Yakiri Rubio, que con su nombre de guerrera apache mató en defensa propia a uno de sus violadores. Paradójicamente, el otro violador y hermano del muerto la imputó por el asesinato, y fue presa y acusada de exceso de legítima violencia. (Sí, exceso de legítima defensa. Una falacia verborrágica patriarcal es esa). Claramente todas las incoherencias del caso dejaron al descubierto la ola de corrupción del sistema judicial mexicano financiado por las mafias locales (y digo literalmente locales, pues ambos, los juzgados y esta mafia, se encuentran en el corazón de la colonia Doctores). La lucha duró casi dos años, al cabo de los cuales por fin la absolvieron de los cargos impuestos por su otro violador. Sí, la realidad supera la ficción, y ni la peor telenovela mexicana lograría retratar el caso de Yaki. La visibilización del caso la encabezó la colectiva feminista Las Licuadoras, a quienes otras feministas sueltas nos sumamos, con todo el derecho de hacer ruido hasta el cansancio.
Recuerdo una anécdota muy divertida entre la tragedia. Un día larguísimo en los tribunales del reclusorio en Santa Marta, durante un careo, en el que no paramos de gritar en las afueras contra la mentira que habían tejido el violador querellante Luis Ómar Ramírez Anaya y el dueño del Hotel Alcázar, donde tuvieron secuestrada a Yakiri9 . Habíamos coreado por horas el pegajoso cántico «Mentira, mentira, mentira…» (con el ritmo que empieza la canción «Amigo», de Roberto Carlos), y en un momento de descanso fui a botar una bolsa de basura que habíamos acumulado durante la larga jornada, y un policía, que resguardaba el tribunal, estaba cantado nuestra «Mentira, mentira, mentira…». Fue muy gracioso.
Desde lo personal, el caso de Yakiri atravesaba toda mi existencia y resistencia, porque creo que cuando matas a tu violador haces justicia. Justicia que nunca tendrás fácilmente, pues sabemos que esta institución no solo es patriarcal, sino también racista y clasista. Fuimos varias las que perseveramos a gritos, tambores y encapuchadas, exigiendo la verdad y la liberación sin cargos para Yakiri. El primer juez del caso nos acusó de haber sido pagadas por la abogada defensora del caso, Ana Katiria. Recibimos amenazas telefónicas, entre otros sucesos, que no lograron amedrentarnos. La libertad de Yakiri fue un triunfo muy significativo en esta guerra que vivimos a diario las mujeres en todo el mundo y en especial en México, donde hay siete asesinadas a diario y una violación cada cuatro minutos. Sin duda este caso ayudó mediáticamente a que en el 2016 se pudiera concretar lo que se llamó la Primavera Violeta a partir de la multitudinaria marcha del 24 de abril y otras consecutivas.
Entre mis transamores
En 2015, junto a Yecid Calderón, también conocido como Pinina Flandes, filosófx y performancerx colombianx, organizamos las jornadas reflexivas y festivas nocturnas de miércoles llamadas Noches Transitadas 10, cabaret político disidente sexual que comenzaba la noche con un conversatorio para reflexionar sobre varias temáticas, como la realidad de la población transexual, entre muchos temas e ideas más. Luego continuábamos con una varieté performática y cerrábamos con el homenaje a algunx drag king, queen, vogueras y/o cabareteras de la escena underground de la Ciudad de México. Nos reunimos un miércoles en la noche cada quince días en la Discoteque Bar Diamond, en el barrio de Garibaldi, en el Centro Histórico. Las Noches Transitadas fueron para Pinina y para mí «una pieza en doce actos», durante seis meses, en un antro en medio de los burdeles de Garibaldi. Ese arte sin precio ni demandas de mercado, sin exigencias de producción, desbordado, grotesco, desaliñado, sin glamur pero con toda la brillantina posible, las pelucas y los corsés correspondientes al caso. Una pieza sin autor, repleta de nombres propios y empoderadxs, sin dominio, al gratín (o sea sin cover, sin plata, sin paga ni comercio). Se pudo hacer, de otro modo, de otra manera, ARTE EFÍMERO y en su volatilidad absolutamente perdurable en la memoria de quienes lo hicimos realidad (Calderón & Antivilo 2016).
Con Cristian Condemarzo, Yecid Calderón, Luis Almendra e Irina Gallardo, y gracias a nuestros devenires en la complicidad de generar espacios de performance underground cabaretera citadina, propusimos al encuentro de performance eX-céntrico 11, un engendro nocturno creado a raíz de las experiencias que hemos construido en diferentes noches geopolíticas, pero gemelas de espíritu performático cabareterxs subersivxs. Así, el engendro de varieté lo bautizamos como Noche Paranormala y nació de varias jornadas noctámbulas de Perfomambo (Santiago, 2013), Fenómenos para anormales (Concepción, 2015) y Noches Transitadas (Ciudad de México, 2015). Espacios donde han participado nuestrxs colegas como Hija de Perra, Eli Neira, Paulina Villacura, Claudia Rodríguez, Minerva Valenzuela (la del cabaret), Victoria Letal, Fantasía y Alberta Canadá, entre muchxs estrellas de nuestro firmamento underground sudaka.
Así, animamos una noche del Encuentro en $hile y calentamos la fría noche santiaguina con una orgía performática y el mejor terroritmo disidente de artivistas mutantes y sexiliados del arcoíris. Presentamos la subversión del espíritu de los antiguos espectáculos de excentricidades y zoológicos humanos desde la varieté cabaretera. No fuimos una selección de performances, sino una asociación performática ya conocida entre Irina la Loca (Irina Gallardo), Maraca Barata (Camilo Saavedra), Huachistáculo (Luis Almendra), Pinina Flandes (Yecid Calderón) y yo. Lamentablemente, Cristian Condemarzo no pudo asistir por razones de salud. Cada unx de nosotrxs accionamos durante la Noche Paranormala en la que oficialicé como animadora. Nuestras propuestas fueron las intervenciones de cinco performances de cada unx de nosotrxs, más un videoperformance de la Fulminante (Nadia Granados) y de las presentaciones de la cantante Paulina Villacura junto al bailarín de Butoh, Lobsang Palacios, y la presentación del grupo de punk rock cabaretero Odessa 12.
Aborto Crónico
Lo más reciente en este devenir divertimento feminista es Aborto Crónico, que conformo con Kani Arkada, educador social, videasta y activista transfeminista, okupa y de la diversidad funcional, oriundo de Madrid. Somos un dueto de performance posporno clown que nació en el año 2016 en Ciudad de México, juntamente con una relación sexo-afectiva libertaria y creativa.
El primer trabajo juntxs ha sido La Dama y su perritx Riki. La Dama es mi alter ego performático que por muchos años he encarnado en performance, video, en una fotonovela y en postales en técnica lenticular. La Dama viste y desviste la decencia. La Dama es una de las caretas del comportamiento femenino en sociedad, pero esta descompone a través de la parodia de la materialización de la decencia con disfraz de deseo.
La Dama invita a Kani Arkada a ser su compañerx, su perrx. Así nació Riki. La Dama lleva a pasear a Riki, y ese es el inicio de varias performances. La primera acción fue un paseo por el Parque México, en la colonia Condesa de la Ciudad de México, ícono de la hipsterización de la ciudad. Producimos con esta acción una videoperformance que busca interpelar al clasismo y al racismo con el que convivimos en esta sociedad que se expresa de muchas maneras, inclusive en la compra de animales racializados13 El humor y la parodia son dos elementos centrales, herramientas críticas desde donde se pone el cuerpo lúdico, feminista y warro que encarnamos con La Dama y Riki.
Por otra parte, esta acción es un guiño a un mito urbano de la televisión española nacido a partir del programa Sorpresa, sorpresa, de finales de los años noventa. El mito relata las hazañas de un perritx llamado Ricky y de su ama adolescente, quien había bautizado al can en honor a Ricky Martin, su artista favorito. En la intimidad de su hogar, sin saber que estaba siendo grabada, llama a Ricky para que le lama el coño untado con mermelada, hecho que se supone sale por la televisión abierta en directo antes de darle la sorpresa de la aparición de su artista favorito que se encontraba escondido en su casa.
Durante la performance, La Dama y Riki invitamos a interactuar lúdicamente a lxs espectadorxs, a través de la incitación a disfrutar del Columpio del placer (columpio vibrador). Buscando a lxs más perrxs del público, Riki, con su superolfato perruno, se encarga de la elección de las personas.
La segunda performance de Aborto Crónico es el Diálogo ventrilocuaz o ventrolocuir que es un exxxperimento performático posporno de varieté cabaretera de dos actos. Uno es una sombra china y el otro un simulacro de acción de ventriloquia que canta desde las entrañas del coño, con humor e ironía, ritmos de música popular hispanoamericana. Esta puesta en escena interpela locuazmente a las empresas transnacionales españolas en su nueva relación neocolonial con América Latina. Durante el acto de la sombra china se narra musicalmente, con la canción de La Sonora Santanera y Sonia López, «El ladrón», una historia donde una sombra de mujer es acosada por un intruso y revierte la situación dándole sexo oral y un fist-fucking, que se transmite en un recuadro de la pantalla que hace de soporte para la sombra china. En el segundo acto, el ladrón, Kani, se transforma en el muñeco llamado Encarni Botín. Yo soy la ventrílocua, Mal Inche Piernas Abiertas de América Latina (MIPAAL). No cargo al muñeco en mis piernas, pues sigo llevando mi puño en su coño.
Nuestro telón de fondo son gráficos, cifras y mapas de la perjudicial incidencia de las empresas transnacionales españolas en América Latina. Dialogamos el muñeco y yo sobre nuestros auspiciadores, nombrando a varias empresas españolas e ironizando con sus logros en la explotación de la región. Continuamos cantando en dúo la canción de Juan Gabriel y Rocío Durcal, «Déjame vivir», a la cual hemos cambiado la letra en el estribillo, así:
Encarni Botín:
No… no… no… yo no me resignaré no
a perderte nunca
aunque me castigues
con ese desprecio
que sientes por mí.
No… no… no… yo no me resignaré no
a perderte nunca
aunque me supliques
que amor ya no insista
y me vaya de ti.
MIPAAL:
Nooo…
ya no tengo bosques, plata, nada
carreteras nada, nada
para ti no tengo gas
celular, plata, nada.
Para ti no tengo gas, no…no…
celular, plata, nada.
Encarni Botín:
Contigo nada, nada, nada
nada, nada, nada…
MIPAAL:
Que no…
Cerrar y abrir
Si me preguntan qué es hacer arte feminista, solo podría contestar que es ponerle el cuerpo a mi feminismo cabaretero putón, callejero, paródico e irónico, que me ha llevado a devenires tales como ser inventora de placenteros instrumentos y reinventora de aparatos para sanar padeceres sexuales. Dama warra y warrior de la onda disco y tanguera de la performance por oficio y origen.
Este relato autobiográfico no fue un ejercicio para nada fácil. En rigor, es una selección de andares diversos. Muchos de ellos solo se habían quedado en la acción con escasos registros dispersos, no sistematizados. Quedo con la certeza de que en siete mil palabras no podría ni enunciar tantos años de artivismo feminista. Otra convicción es que todos estos años en creacción no serían nada sin el apoyo incondicional de mis colegas que han creído en mis invitaciones y colaboraciones. Juntxs hemos creado en colectivo, desde la transdisciplina, para llevar complicidades, la protesta y la fiesta en el cuerpo.
Estas últimas palabras constituyen, más que un cierre, una apertura o comienzo. Así como en el circo pobre de la vida nos toca a nosotras mismas una multiplicidad de acciones y pensares. La última certidumbre es seguir produciendo desobediencia creativa colectiva, además de también historiarnos.
Referencias
Antivilo, Julia. 2015. «Entre lo sagrado y lo profano se tejen rebeldías», en: Arte feminista latinoamericano. Bogotá: Desde Abajo.
Antivilo, Julia y Y. Calderón. 2016. «Noches transitadas. Crónica de una disidencia sexual festiva combativa a dos voces», en: The Helix Queer Performance Network. Nueva York.
Mayer, Mónica. 2012. «¡No a las maternidades secuestradas!». Disponible en: http://www.pintomiraya.com colectivaritalazo.blogspot.mx malignasinflu...
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1 Con este título gané el primer lugar del concurso de ensayo «Ciudades seguras, sin violencia para las mujeres» en el año 2008, organizado por Unifem, Aecid y Editorial Sur. El premio consistió en el tiquete aéreo y estadía en Buenos Aires para asistir al encuentro del mismo nombre del concurso en julio de ese año. La publicación del ensayo a cargo de Editorial Sur en su revista Proposiciones que comprendía la segunda parte del premio nunca se concretó.
2 www.malignasinfluencias.com Para más información de acciones de esta colectiva revisar el capítulo VI de mi libro Entre lo sagrado y lo profano se tejen rebeldías. Arte feminista latinoamericano (Antivilo 2015, 191-208).
3 La serie de fotoperformance relata a través de fotografías en blanco y negro (9x12 cm) posteriormente coloreadas a mano por la fotógrafa Zaida González, varias microhistorias en las que se usa el cinturón de castidad.
4 Este texto fue parte de un artículo del mismo nombre, sin los paréntesis, que publiqué en la revista electrónica cubana Arteamérica , en octubre de 2006.
5 El nombre del colectivo lo tomamos de mi perra, que así se llama, y es la perrita más antisistémica que conozco junto con lxs perrxs que nos acompañaron en todas las marchas y siguen siendo el comando perrunx de avanzada en todas las protestas en Santiago y Valparaíso. Asimismo, el nombre de la colectiva tiene una anticapicúa, es decir, no dice lo mismo si lo leemos al revés, sino otra cosa, y al decirlo rápido dice La Zorrita.
6 Ver http://colectivaritalazo.blogspot.mx/, consultado el 1 de octubre del 2017.
7 Profundizar en Mayer 2012.
8 En el canal Condemarzo de YouTube hay disponible, bajo el nombre «Muera la ley», un video de la performance tomado con un teléfono celular que se salvó del caos con el que terminó todo después del ataque de la policía.
9 Ante la impunidad del caso de Yakiri realizamos una clausura simbólica del Hotel Alcázar. Organizamos una marcha en el corazón de la colonia y escrachamos al violador libre y a las autoridades de Justicia. Ver un video de la acción en YouTube bajo el nombre «#yakiriLibre Clausura del Hotel Alcázar».
10 Profundizar en Calderón & Antivilo 2016.
11 Organizado en julio de 2016 por el Instituto Hemisférico de Performance y Política de la Universidad de Nueva York, en Santiago de Chile, con el apoyo de la Universidad de Chile, entre otras instituciones culturales del país
12 Ver más en http://hemisphericinstitute.org/excentrico/es/637/noche-paranormala/, consultado el 1 de octubre del 2017.
13 Ver video en YouTube bajo el nombre «LADA», en el canal Julia Antivilo.