EMMA ARAÚJO DE VALLEJO. SU TRABAJO POR EL ARTE, LA MEMORIA, LA EDUCACIÓN Y LOS MUSEOS
William Alfonso López Rosas
2015, Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 180 páginas
ISBN 978-958-775-399-8
Pensamiento y acción museológica
Un libro poco corriente; este es, sin duda, un libro poco corriente. Y no tanto por los temas que contiene o las preguntas que plantea, sino especialmente por el método dialógico y el horizonte de investigación que abre para los museos en Colombia.
Es un libro sobre una mujer, Emma Araújo (nacida en 1930), una museóloga relativamente desconocida en Colombia, que aborda algunos de sus principales logros profesionales y destaca, de forma especial, el período comprendido entre 1974 y 1982, en el que se desempeñó como directora del Museo Nacional de Colombia. Pero el libro representa algo más que un reconocimiento a la trayectoria de una mujer comprometida con los museos y la educación. A medida que avanza la lectura, descubrimos que la mirada de William López —investigador y profesor del Instituto de Investigaciones Estéticas y de la Maestría en Museología de la Universidad Nacional— sobre su protagonista no busca centrar la atención en sus logros sino poner el lente en su «acción museológica», que no se define simplemente a través de una crónica lineal de hechos y fechas, sino que necesita ser narrada a través de actos y experiencias con sentido.
Araújo no es una mujer representativa; fue una museóloga significativa por sus actos, especialmente por aquellos relacionados con la modernización de las prácticas museológicas en Colombia y que, para el caso del Museo Nacional, implicaron la transición de un «museo letrado» —conformado por un gabinete de curiosidades patrióticas y sociales— a un museo erudito y moderno.
A pesar de no ser suficientemente conocida, la acción museológica desarrollada por Araújo en la década de 1960 sigue siendo relevante y contemporánea. Como museóloga, ella concibió el museo no como un depósito de objetos inertes, sino como un espacio discursivo. A partir de esta idea pudo y supo traducir, mediante una trama reflexiva, el valor de los objetos culturales en el espacio expositivo del museo.
La imaginación autobiográfica
Pero las tramas discursivas y los relatos que se despliegan en los espacios expositivos de los museos son casi siempre efímeros. Y en Colombia, así como sabemos muy poco de las realizaciones, renovaciones y transformaciones museográficas que se han sucedido en el tiempo, desconocemos prácticamente todo de las personas que las han hecho posibles. Es una historia pendiente por escribir. Posiblemente porque esos protagonistas de los museos, los museólogos, casi nunca escriben, y sucede al final que las huellas de sus itinerarios se borran tras ellos. Al final, este componente humano que está detrás de los museos, su cara oculta, son personas que desaparecen y se pierden para la historia.
Precisamente la investigación desarrollada por López es un potente ejercicio de «imaginación autobiográfica» que busca identificar, reconocer e interpretar la labor museográfica que emprendió (y tuvo que abandonar) Emma Araújo, mediante la narración oral combinada con fuentes escritas y material visual de los museos de la segunda mitad del siglo XX. Esta es la crónica de una conversación, prolongada por cerca de cinco años, en la que un investigador se dedicó a escuchar a una museóloga contar su pasado. Y, por ello mismo, es un ejemplo de la capacidad que tuvieron dos personas para cooperar en la construcción de una «escritura abierta y sugestiva, capaz de ayudar a comprender un tiempo y un espacio humano, de llegar a ser una historia social a través del espejo de una historia de vida» (Feixa 2000,16). Es una conversación que va más más allá de la simple reconstrucción lineal de la trayectoria profesional de una museóloga más o menos conocida; las páginas del libro desgranan detalles significativos y dispersos que iluminan sobre el recorrido vital de Araújo y su concepción de los valores museológicos.
El esfuerzo que Araújo dedicó a modernizar las prácticas de su campo nos permite entender el lugar que han tenido instituciones de la memoria, como el mismo Museo Nacional de Colombia, en la apropiación de las artes o las ciencias, y en la conformación de los imaginarios y la identidad de la sociedad colombiana. Su biografía plantea la necesidad de trasladar el excesivo énfasis en la representatividad o excepcionalidad de un protagonista de la historia, a su significación en relación con un contexto social e histórico determinados, una significación en un sentido moral. Las páginas del libro no son la crónica de unos hechos; son la narración de un proyecto. Sin duda, el proyecto profesional de Araújo, visto en retrospectiva, traduce una resistencia democrática y pedagógica ante la hegemonía cultural de las élites políticas y económicas de Colombia. A lo largo de su conversación, López y Araújo develan y rescatan algunos programas culturales de encuentro y disenso de instituciones de la memoria que, a pesar de su aparente marginalidad, nunca fueron funcionales para la lógica de una cultura de la guerra como la colombiana.
Lejos de querer presentarla como una mujer excepcional, este volumen nos muestra y permite comprender la compleja articulación de Araújo como sujeto social, integrante de una generación y heredera de un capital social, cultural y político particular. Una articulación que, precisamente, le permitió a la protagonista llevar a cabo su proyecto de institucionalidad museológica para impulsar y consolidar la idea de un nuevo tipo de museo en Colombia: un espacio discursivo centrado en la investigación curatorial y la educación.
La aventura museológica en Colombia
El libro que presentan Araújo y López inicia un nuevo, y denso, programa de investigación sobre la historia de los museos y la museología en Colombia; un programa que evidencia cómo, detrás de las salas de exposiciones, las colecciones, las conferencias y las publicaciones, existe una «cara oculta» poco reconocida (incluso ignorada), conformada por personas concretas de carne y hueso. Personas que «viven» los museos como lugares cargados de emociones, razones y significados relacionados con las prácticas culturales de adquisición, clasificación, conservación, organización, representación e interpretación de los legados patrimoniales que recibe, genera y transmite una sociedad.
Este libro abre un programa de investigación que trata de ir más allá del reconocimiento y articulación de la compleja fragmentada y rica —pero también desconocida— tradición museológica que, desde el siglo XIX, se ha venido desarrollando en Colombia tanto desde la academia como desde la práctica profesional. Esta tradición de la museología contemporánea, como nos recuerda el museólogo Luis Gerardo Morales, a diferencia de lo que fue la museología en el siglo XIX, cuando estaba apegada por completo a las labores de conservación, registro e inventario de colecciones, pertenece al campo de las disciplinas sociales y las humanidades; se interesa por «el estudio crítico de las operaciones museográficas, y despliega su interés en las condiciones sociopolíticas, educativas y económicas que preestablecen el sentido de cualquier exhibición de conocimientos» (1996, 67). Hecho que deja ver, en algunas ocasiones, el carácter resiliente, resistente —o incluso irreverente— de algunos museos y museólogos frente al poder.
En síntesis, publicaciones como esta nos permiten conocer las historias de vida de las personas que han hecho posible la supervivencia de las instituciones de la memoria y la transmisión misma de nuestro patrimonio cultural, y nos acercan a miradas complejas de los museos como espacios de pensamiento y acción que una sociedad no puede ignorar, marginar o, sencillamente, desperdiciar.
Referencias
Feixa, Carles (2000), «La imaginació autobiográfica», en: L’Avenç. Revista d´histria i cultura,n.° 252, Barcelona.
Morales, Luis Gerardo. 1996. «¿Qué es un museo?», en: Cuiculco. Revista de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, vol. 5, n.° 7, mayo-agosto. México D.F:Instituto Nacional de Antropología e Historia.