EL NIDO DE LOS PÁJAROS: ARCHIVOS Y POÉTICAS DE UN LABERINTO
Si la imaginación —ese trabajo productor de imágenes para el
pensamiento— nos ilumina por el modo en que el Antes reencuentra al
Ahora para liberar constelaciones ricas de Futuro, entonces podemos
comprender hasta qué punto es decisivo este encuentro de tiempos,
esta colisión de un presente activo con un pasado reminiscente. […]
En nuestra manera de imaginar yace fundamentalmente una condición
para nuestra manera de hacer política. La imaginación es política,
eso es lo que hay que asumir. Recíprocamente, la política no puede
prescindir, en uno u otro momento, de la facultad de imaginar.
Supervivencia de las luciérnagas
Didi-Huberman (2012)
Preludio
A mediados de 2006 recorrí por primera vez el barrio Bellavista Parte Alta ubicado en la Ciudadela Sucre en el municipio de Soacha, al sur de Bogotá. En ese momento era profesor de dibujo de un grupo de niños del lugar y para mí representaba una sorpresa verlos entrar a clase porque provenían de distintas zonas del país: de la región del Pacífico, de varios departamentos de la región andina y de los Llanos Orientales. Decidí, entonces, construir un programa de dibujo que respondiera a este contexto y no solo a la transmisión de las técnicas tradicionales de una academia de artes establecida. Me dediqué a hablar con las familias de Bellavista Parte Alta sobre su procedencia, los trayectos de vida y las condiciones de su estancia en la ciudad; reconocí que la gran mayoría de ellas se encontraba en situación de migración forzosa, principalmente como consecuencia de la violencia generada por el conflicto interno del país. En uno de estos recorridos registré en video una serie de juegos creados por los niños de manera espontánea: se desplazaban por las montañas metidos en una maleta de viaje, se lanzaban por la pendiente de una calle empinada sentados sobre un patín de cuatro ruedas y construían una pequeña casa con materiales reciclados. Encontré una gran potencia expresiva, gestual, en la forma en que ellos llevaban a los territorios de la lúdica sus propias vivencias.
Posteriormente, mi relación con el arte y la docencia hizo un desvío hacia los Estudios Culturales y Sociales derivando en un creciente interés por arraigar mis preguntas, más allá de los espacios académicos, disciplinarios e institucionalizados, en el transcurrir de la vida, en los ámbitos personales y familiares, ahondando en la emergencia de experiencias significativas y transformadoras. En los últimos años he llevado a cabo algunos procesos artísticos colaborativos —de los que hablaré brevemente más adelante— en diversos territorios del país, como Mi Casa Mi Cuerpo (2006-2014), La Casa de la Frontera (2015-2016) y Radio Conversa (2017-2018).
A través de las experiencias de viaje, del encuentro con las personas y las múltiples formas de resistencia social a la guerra y el desarraigo, me confronté con mi propia historia familiar. Hace alrededor de cuatro años empecé unas conversaciones con mis padres enfocadas en recuperar los acontecimientos que han configurado sus vidas. Mi padre nació en el municipio de Cogua (Cundinamarca) en 1938 y mi madre en el municipio de Yacopí (Cundinamarca) en 1939. Ellos vivieron de cerca la época de La Violencia que se gestó a mediados de los años cuarenta y que empezó con el asesinato del líder político Jorge Eliécer Gaitán, que tuvo como consecuencia El Bogotazo y la posterior creación del Frente Nacional que acabó con el gobierno dictatorial de Rojas Pinilla. Al final de este periodo, además, se presentaron las manifestaciones iniciales de algunas guerrillas que habrían de constituirse a lo largo de las décadas siguientes. Mis padres afrontaron este fenómeno extensivo de violencia política y su vida es el recuento de una constante migración por varias regiones de Colombia para finalmente asentarse en Bogotá a principios de los años setenta.
El título que ha adoptado esta propuesta, El nido de los pájaros, proviene de un relato de mi madre acerca de un recuerdo de infancia en una finca ubicada en Yacopí (entre 1950 y 1953). Ella acostumbraba dar paseos por los alrededores de la misma y un día descubrió un nido de pájaros sobre las ramas de un árbol; por curiosidad decidió agitarlo y, para sorpresa suya, cayeron un montón de serpientes sobre su cabeza, sensación que hasta el día de hoy no olvida. La creciente ola de violencia que sobrevino, por ese entonces, rompió con la percepción de tranquilidad y confianza que experimentaban los habitantes del municipio, incluida la familia de mi madre. Una sensación de tragedia inminente se apoderó de los imaginarios de mi familia y ocasionó fuertes procesos de alteración de la cotidianidad y formas de desarraigo, entre otras cosas. El relato de mi madre está permeado de imágenes de gran potencia; como artista he intentado advertir sus alcances metafóricos y simbólicos, en el contexto social de nuestro país, de cara a la construcción de otras realidades posibles.
Archivos y poéticas de un laberinto
Un eje central, que atraviesa los procesos artísticos que he llevado a cabo, es el archivo. Este se asume como el lugar en el que descansa, se deposita y resguarda, la memoria de antiguas generaciones, las experiencias y los hechos acumulados a lo largo del tiempo, las inscripciones a una lengua y a los mandatos de un discurso. Por otra parte, es el lugar en el que se cristalizan símbolos de trascendencia. Sobre este último punto en particular, Derrida declara que los archivos transgeneracionales inquietan el porvenir, anticipan: “respuestas, promesas y responsabilidades para mañana” (Derrida, 1997, pp. 42-44), lo que enfatiza su potencial político. Para Didi-Huberman, esta exigencia de pensar cada imagen en relación con otras imágenes —con la esperanza de hacer surgir nuevas imágenes, hasta entonces ocultas— se soporta sobre aspectos como excepciones, intervalos e impensados de la historia, por lo que es, en su dinámica propia, de una laboriosidad ilimitada (2009, pp. 459-460).
Volviendo a los procesos artísticos mencionados, las experiencias vividas en el barrio Bellavista Parte Alta se cristalizaron, años después, en Mi Casa Mi Cuerpo: migración forzosa, memoria y creación colectiva (2006-2014)1. Esta propuesta presenta un extenso proceso de creación artística realizado con las familias Apache (Dolores, Tolima), Bermúdez-Valencia (Bahía Solano, Chocó; Buenaventura, Valle del Cauca y Tumaco, Nariño) y Plaza-Sánchez (Suaza, Huila y Florencia, Caquetá). Mi Casa Mi Cuerpo contempló la creación de relatos de vida (“Los relatos de la piel”), archivos fotográficos (“El álbum fotográfico” y “El atlas fotográfico”) y objetos a escala (“Las casitas posibles”). Para la materialización de estos dispositivos estéticos realizamos viajes a los lugares de procedencia de las familias y a “La casa de la memoria”, hicimos un registro detallado de “La casa de Bella Vista” y nos anticipamos a “La casa de la imaginación” a través de un ejercicio de visualización-ensoñación.
Mi Casa Mi Cuerpo lanzó una pregunta acerca de la necesidad de irradiar las prácticas culturales inscritas en la cotidianidad de las familias, en espera de tejer unos lazos vecinales más intensos en el barrio Bellavista Parte Alta. Una de las consecuencias fue la propuesta La Casa de la Frontera (2015-2016)2 en la que hago un registro videográfico de relatos orales que visibilizan algunos territorios de la periferia de Bogotá. Los videos fueron elaborados de manera participativa con líderes sociales, quienes cuentan los orígenes y las transformaciones de los lugares habitados y los imaginarios que hacen sobre sus propias comunidades. La Casa de la Frontera consta de tres capítulos: “La memoria histórica, un camino de esperanza” de Blanca Pineda (Ciudad Bolívar), “Un territorio en protección” de Jaime Beltrán (Usme) y “Una realidad desconocida” de Silvino Gallo (Ciudadela Sucre, Soacha)3.
Tiempo después, las búsquedas iniciales de La Casa de la Frontera se complementaron con Radio Conversa (2017-2018)4. Radio Conversa promueve encuentros sobre memoria, territorio, tejido social y cultura; viaja y difunde los relatos y el sentir de diversas comunidades en Colombia, desde la voz de los habitantes y los líderes sociales. Este espacio radial valora la construcción de vínculos sociales a partir de una escucha personal y contextualizada; es un ejercicio de micropolítica, de emergencia de reconocimientos y afecciones. Las conversaciones acontecen al interior de arquitecturas efímeras que cuentan con un sistema de montaje-desmontaje5, lo que permite su traslado y recalca el sentido del viaje —estar en el lugar— como un factor esencial para el encuentro. Radio Conversa cuenta con dos programas. En “El futuro de la memoria” (2017) se grabaron los capítulos: “Escucha en la casa” en el barrio Bellavista Parte Alta (Soacha) con Rosa Bermúdez, Manuel Ibargüen, Manuel y Juan Bermúdez y Leonel Vásquez; “Territorios de vida” en la plaza fundacional de Usme (Bogotá) con Jaime Beltrán, Harold Villay, María Buenaventura y Sofía González; “Culturas de la memoria” en el puente del Indio de Ciudad Bolívar (Bogotá) con Blanca Pineda, Daniel Bejarano, Luz Marina Ramírez, Fernando Cuervo, Espiral Ensamble y Yolanda Sierra, y “Ciudadanías ancestrales” en el barrio Isla de la Paz (Buenaventura, Valle del Cauca) con Temístocles Machado, Carmen Chávez, Rocío Segura, Yudi Angulo, María Elena Cortés y Liliana Angulo. El segundo programa, “El resplandor de las plantas” (2018), se grabó en veredas del municipio de Villa de Leyva (Boyacá) con Gustavo Correa, Plutarco Corredor, Lorena Espítia y Nubia Saíz.
El itinerario de estos procesos previos soporta El nido de los pájaros. En el arribo a mi historia familiar se abre el laberinto: caminar sus senderos permite atravesar las distintas capas de lo vivido, en espera de que pueda ser revelada alguna potencia. Para esto es necesario asomarse al universo intrincado de lo indecible, de lo que no vive en palabras sino en gestos, manifestaciones y metáforas. Cueva, túneles, pasadizos, en fin: laberinto, un enjambre de imágenes que resguarda, y anticipa la luz y la sombra —el derecho y el revés— de la propia experiencia.
En El nido de los pájaros interesa, por tanto, la imagen en su estado de supervivencia como portadora de un fantasma y como expresión de un síntoma. Es, podríamos afirmar, una imagen en su condición poética6. El tiempo de lo poético promueve una suspensión en el encadenamiento natural de los hechos en el que se vive una experiencia —intensa, instantánea— de los vínculos entre el ser y el universo. Para Bachelard, el tiempo de la prosodia es horizontal —corre con “el agua del río” y con “el viento que pasa”—, mientras que el tiempo de la poesía es vertical —se hunde en “abismos” y se eleva a “cielos abiertos”— (2005, pp. 93-94).
Epílogo
Tras el emprendimiento de este recorrido se prevé —se dibuja— una intención esencial: el cuidado de sí mismo como fundamento ético de las relaciones entre el yo y el nosotros7, entre el nosotros y otras manifestaciones de lo viviente. Consignar sobre un soporte las memorias —los avatares del tiempo, las travesías y los arribos a algún puerto— permite acercarse a un sentido profundo de la propia existencia que ve más allá del nacimiento y la muerte, e intenta conectar con una vida encarnada, tal vez, a lo largo de varias generaciones.
1Mi Casa Mi Cuerpo surgió en la maestría en Estudios Culturales de la Universidad Nacional de Colombia y obtuvo distinción meritoria como tesis de grado. La Universidad Jorge Tadeo Lozano publicó un libro en agosto de 2014.
2La casa de la frontera hizo parte del 15 Salón Regional de Artistas Zona Centro, curaduría del Museo Efímero del Olvido (2015).
3Con la intención de activar este material videográfico, en conjunto con algunos habitantes del barrio Bellavista de Soacha, se construyó una casa desmontable a escala real (21 metros cuadrados). La Casa de la Frontera es un lugar de proyección audiovisual para recorrer territorios de Bogotá y Soacha.
4Radio Conversa hizo parte del proyecto “El futuro de la memoria”, promovido por el Instituto Goethe y Mapa Teatro (2017), y del 16 Salón Regional de Artistas Zona Centro, curaduría del Observatorio Artístico Regional.
5Para el primer programa de Radio Conversa, “El futuro de la memoria”, se construyó una casa de madera y para el segundo programa “El resplandor de las plantas”, un cercado de guadua.
6Para Valéry la poética encuentra su origen en el término griego poiésis que alude a la creación o producción de una obra del espíritu —más allá de una obra de arte— desde un hacer sensible (poiein) que solo existe como acto y que anuncia algo que va a venir, por lo que se mueve entre el deseo y el acontecimiento. Valéry considera la poética como un hacer creador que convoca la participación de las facultades sensitivas-afectivas de manera que es una forma de conocimiento y una manera de pensar. De este pensamiento poético nace una acción finita —bajo unas condiciones particulares de espacio y tiempo— que se enfrenta a lo indecible, a lo infinito, al existir solo como acto vivo.
7Arfuch: “Desde aquí, es posible preguntarse ahora sobre el tránsito que lleva del ‘yo’ al ‘nosotros’ —o que permite revelar el ‘nosotros’ en el ‘yo’—, un ‘nosotros’ no como simple sumatoria de individualidades o como una galería de meros accidentes biográficos, sino en articulaciones capaces de hegemonizar algún valor compartido respecto del (eterno) imaginario de la vida como plenitud y realización” (2002, p. 66).
Referencias
Agamben, G. (2013). Homo sacer: el poder soberano y la nuda vida. Valencia: Pre-Textos.
Agamben, G. (2017). El uso de los cuerpos. Buenos Aires: Adriana Hidalgo.
Arfuch, L. (2002). El espacio biográfico: dilemas de la subjetividad contemporánea. Buenos Aires: FCE.
Bachelard, G. (2005). La poética del espacio. México: FCE.
Derrida, J. (1997). Mal de archivo: una impresión freudiana. Madrid: Trotta.
Didi-Huberman, G. (2009). Cuando las imágenes toman posición. Madrid: A. Machado.
Didi-Huberman, G. (2012). Supervivencia de las luciérnagas. Madrid: Abada.
Didi-Huberman, G. (2014). Pueblos expuestos, pueblos figurantes. Buenos Aires: Manantial.
Guattari, F. (1990). Las tres ecologías. Valencia: Pre-Textos.
Guattari, F. y Rolnik, S. (2006). Micropolítica: cartografías del deseo. Madrid: Traficantes de Sueños.
Kerényi, K. (2006). En el laberinto. Madrid: Siruela.
Valéry, P. (1990). Teoría poética y estética. Madrid: La Balsa de la Medusa.