HISTORIAS LOCALES / PRÁCTICAS GLOBALES
A riesgo de iniciar con una obviedad, comenzaré con la siguiente afirmación: el principal rasgo del Encuentro Internacional de Arte de Medellín, MDE, es su estrecho vínculo con la ciudad que lo recibe. Hay que precisar que, cuando menciono la palabra «ciudad», no me estoy refiriendo a la abstracción de un conjunto de calles, edificios, parques y personas que coinciden en un contenedor físico, sino a las complejas dinámicas y relaciones culturales, sociales, económicas y políticas que producen incesantemente el espacio urbano de Medellín y determinan así sus centralidades, periferias, exclusiones, desigualdades y, claro está, sus conflictos.
En la misma dirección, es posible avanzar un poco y precisar que el MDE es un evento de arte contemporáneo de carácter metropolitano, que si bien puede equipararse con otros eventos artísticos como bienales y trienales, su expectativa es distinta: no se aboca a la consecuente expansión del circuito artístico internacional, de la que hemos tenido noticia gracias a numerosos eventos en otras ciudades del planeta. Esto es, el carácter metropolitano del evento refiere no la extensión de la mancha urbana de Medellín y su área de influen cia, sino la complejidad, exceso y superposición permanentes de actores sociales, recursos y espacios que se yuxtaponen en esta ciudad. También es necesario precisar que el lugar del que emerge supera con creces el lugar común al que la opinión pública generalmente confina las prácticas artísticas, incluidas las más actuales y de avanzada que han acompañado las dos versiones que el MDE ha tenido hasta el momento.
Para esta tercera versión, titulada «Historias locales / Prácticas globales», el Museo de Antioquia apostó por la conformación de un equipo de trabajo reunido alrededor de una premisa muy clara: configurar una reflexión múltiple y diversa sobre los límites éticos de la transformación urbana de Medellín; una ciudad que en años recientes ha sido reconocida por expertos, organismos gubernamentales y multilaterales por sus resultados en la implementación de un «urbanismo social», modelo que se plantea hoy como replicable para el avance de las ciudades del Sur cultural y económico del mundo.
Sin ahondar en las dificultades que implica pensar en cualquier tipo de desarrollo social, político o económico en esta parte del mundo hoy, sirva identificar dos aspectos centrales dentro del objetivo planteado por el Museo de Antioquia para esta versión del MDE. El primero tiene que ver con los criterios con los que la directora del Museo, Ana Piedad Jaramillo, y la directora artística del MDE, Nydia Gutiérrez, configuraron el equipo curatorial en el que participo, que me ha permitió trabajar en colaboración con Sharon Lerner, Edi Muka y Tony Evanko. Además de acordar un trabajo conjunto en el que construyéramos colectivamente la propuesta curatorial para el Encuentro y sus estrategias de mediación y circulación, era decisivo para el Museo vincular diversas trayectorias curatoriales (desde ámbitos internacionales de Europa y América Latina, hasta una voz local, cercana a procesos y gestión comunitarios, y otra nacional, con experiencia en asuntos de ciudad y conocimiento de distintas regiones del país) así como garantizar una fortaleza académica para todo el proceso.
El segundo aspecto se relaciona con la estrategia planteada desde la dirección artística y que contribuimos a desplegar desde el equipo curatorial para reunir productivamente alrededor de este MDE a agentes tan importantes del campo del arte local como las universidades que cuentan con programas de formación en artes; organizaciones sociales y comunitarias interesadas en apoyar las intervenciones en espacios no artísticos a cargo de artistas y colectivos invitados; espacios anfitriones con capacidad de mantener vínculos concretos con comunidades específicas; el gobierno de la ciudad desde la Secretaría de Cultura Ciudadana (principal financiador del Encuentro); la empresa privada, e instancias internacionales de financiación y apoyo.
Asumimos este trabajo, junto con agentes e instituciones del campo del arte de la ciudad, como una tarea cuyo fin era lograr abordar la dimensión ética de la transformación urbana de Medellín. En algunos casos, estos límites éticos salen a luz con la intervención de artistas desde la plataforma del Encuentro, o bien dentro de los análisis académicos de los invitados al programa público, y en otros, como parte de los intercambios de saberes y experiencias de comunidades y organizaciones sociales participantes. Desde esta óptica, entre otras, fueron incluidas en el MDE15 prácticas artísticas críticas, cercanas a activismos transversales, que apuestan por la acción directa y la defensa y significación de los territorios (por ejemplo), lo que las habilita para convocar y potenciar la imaginación social en la ciudad.
Es importante señalar que la puesta en marcha de la estrategia apunta también a un interés del Museo por reorientar la direccionalidad de las relaciones del Encuentro con otros agentes artísticos y culturales de la ciudad. Dicho de otra manera, después de dos versiones del Encuentro, era imperioso para la institución avanzar en la construcción de confianza con esos agentes a través de su participación directa en la construcción de contenidos artísticos, como sucede con un capítulo tan importante del Encuentro como lo es MDE Expandido. Lo anterior también se expresa en la disposición del Museo para transformar el modo en que los espacios o iniciativas artísticas autogestionadas de Medellín inciden en la acogida de artistas y (el proyecto mismo) del MDE15.
Así, el Encuentro apuesta por un espacio artístico de confluencia que se espera contribuya a revelar aspectos innombrados e impensados de la vida cotidiana de los habitantes de la ciudad. Para esto, en el equipo de curadores establecimos cinco líneas temáticas que ordenan el componente expositivo al agrupar los trabajos de los 59 artistas que exhiben su obra entre noviembre del 2015 y marzo del 2016 en las salas del Museo de Antioquia, la Casa del Encuentro y la Casa de la Música:
- El primer grupo recoge trabajos derivados de «Procesos de violencia, conflicto y memoria» que, siendo temas de actualidad indiscutible en el país, están sobreexpuestos por los medios masivos de comunicación. Esta condición bien puede ser otro escollo a superar, pero, aún así, la tensión entre la permanencia del conflicto interno armado y la producción artística que ha abordado las innumerables facetas de la violencia histórica en Colombia ha producido simultáneamente una memoria de las violencias que se reproducen a distintas escalas e intensidades.
- Las «Historias locales en el contexto global» conforman el segundo grupo temático que, además de dar nombre a esta versión del Encuentro, es también el que mayor número de obras reúne. Esta línea describe, de algún modo, formas de vivir y estar juntos hoy que se replican en lugares diferentes por cuenta del avance del capital, de las tecnologías de la comunicación, y de la ideología ambiente, entre otros factores. Ciertos trabajosinvitados al MDE15 revelan algunos de estos flujos globales que determinan las desigualdades o similitudes de la vida en localidades específicas.
- En la tercera línea aparecen los trabajos centrados en los «Ejercicios de poder sobre el cuerpo» —individual y colectivo—, que problematizan temas de un amplio espectro: la encarnación de las distintas formas de capitalismo, las identidades estratégicas y sus procesos inacabados de construcción y las múltiples narrativas de resistencia y empoderamiento, entre otras.
- La línea «Vacilando la institución» refiere las tácticas con que algunas propuestas movilizadas por el humor cuestionan, critican y revisan condiciones institucionales en que se desenvuelven hoy las prácticas artísticas. Sus reflexiones sobre las relaciones de poder implícitas en el campo del arte se trasladan a la relación cotidiana entre comunidades e institucionalidad en general, donde la precariedad, las necesidades sentidas y la conciencia de una fragilidad de roles y recursos parecen ser la regla.
- La persistencia tanto de falencias como de oportunidades de mejora de vida tan evidente en el imparable crecimiento de las denominadas ciudades no centrales del planeta, como las latinoamericanas,abre la última línea temática del Encuentro: «La ciudad resiliente: sueños, deseos y posibilidades». El conjunto de obras que conforman este eje aborda el espacio de nuestras ciudades que está bajo el asedio del mercado, en donde son las comunidades y los ciudadanos quienes imaginan, en medio de la adversidad, modos de resistir y convivir juntos.
El MDE Expandido, mencionado líneas atrás, es el otro gran componente, que reunió a instituciones como la Fundación Universitaria Bellas Artes, el Instituto Tecnológico Metropolitano, la Universidad de Antioquia, la Universidad Nacional de Colombia, la Universidad Pontificia Bolivariana, Universidad EAFIT y el Museo Casa de la Memoria, para desarrollar iniciativas distintas pero complementarias a las del eje expositivo principal, así como actividades académicas en torno al marco conceptual del MDE15 y, por supuesto, a las cinco líneas temáticas descritas. Estas iniciativas y actividades tienen formatos de seminarios, conversatorios y talleres; eventos, exposiciones e intervenciones; e investigaciones y publicaciones. Adicionalmente, se prevé un componente transversal a todos ellos que se diferencia por su lugar de enunciación. Se trata del Corredor de ciudad, que está integrado espacialmente a laexhibición dentro del Museo de Antioquia y la Casa del Encuentro, y recoge iniciativas y actividades de organizaciones sociales y comunitarias de la ciudad. Es un espacio activado por la iniciativa de estas organizaciones para el intercambio con los artistas participantes y, claro está, con los visitantes del MDE15. Finalmente, el Encuentro también articula los procesos de los denominados espacios anfitriones, que son los diversos espacios autogestionadosque dinamizan la escena artística de Medellín y que participan con sus propias iniciativas, producidas en asocio con el Encuentro: Campos de Gutiérrez, Casa Tres Patios, Casa de las Estrategias, Corporación Cultural Nuestra Gente, El Puente_Lab, Platohedro, Por Estos Días, Proyecto NN, Rizoma Ultravioleta, Taller 7 y Un/Loquer.
Sesión de trabajo del equipo curatorial del MDE15 en la Sala del Alcalde del Museo de Antioquia: Carolina Chacón, Fernando Escobar, Sharon Lerner, Edi Muka, Tony Evanko y Nydia Gutiérrez, marzo del 2015. Foto: Cortesía del Museo de Antioquia.
En un capítulo de Actividades paralelas en la ciudad, de gran diversidad cultural, hemos contemplado actividades no articuladas conceptual ni temáticamente con el Encuentro pero que coinciden en el tiempo con él. Desde el equipo de trabajo consideramos incluir este apartado en la plataforma del MDE15 debido a que, por un lado, visibiliza la vitalidad e intensidad de la ciudad, así como el ánimo inclusivo del Encuentro; y, desde otro punto de vista, debido a que circular información sobre la producción cultural de Medellín es coherente con su objetivo principal: difundir otras posibilidades de imaginar la ciudad.
Por último, quiero traer a manera de cierre algunos asuntos que atañen al evento y que hacen parte de las condiciones institucionales bajo las que se realiza y que, por lo mismo, son imposibles de obviar o de contener. El Encuentro es y ha sido posible gracias al respaldo del gobierno de la ciudad a través de la Secretaría de Cultura Ciudadana y en sus tres versiones ha encontrado apoyo en el empresariado local —que, hay que decir, por distintas circunstancias ha variado de una a otra versión—. Sin embargo, estos apoyos son permeados por la coyuntura política del momento; para el caso presente, la tercera edición del Encuentro se realiza durante el último año de la administración de turno, situación nada cómoda que agrega aún más presión a una gestión ya de por sí compleja y exigente.
Dicho esto, otro aspecto que vale la pena pensar y discutir es el tamaño del MDE. Hoy, con algo de distancia, su primera versión, en el 2007, se me antojó sobredimensionada para la capacidad instalada, el grado de la profesionalización de los agentes del campo artístico y las necesidades de Medellín en ese entonces. Esto no va en detrimento de la gran apuesta implicada en ese comienzo, ni mucho menos del impacto que tuvo en el campo del arte contemporáneo del país, que veía cómo eventos diferentes al Salón Nacional de Artistas (bienales, por ejemplo), habían decaído junto con las instituciones responsables de su gestión, y observaba, también, la emergencia y consolidación de un evento comercial de arte sin par en Colombia como lo es ArtBo.
Hoy hay un mayor grado de profesionalización de los agentes del campo en la ciudad y las distintas instituciones involucradas, incluido el Museo de Antioquia, también han afinado aún más su perfil y objetivos. Sostener el impulso necesario para la consolidación de un evento artístico único en el país por sus características, alcances y propuesta es el reto a superar.
* Este texto fue escrito antes de la inauguración del Encuentro, a modo de reflexión anticipada sobre las variables a enfrentar y el reto curatorial que supone para el equipo de esta tercera versión.